Tuvieron un rompimiento de unos cuantos días, cuando volvieron a hablar, él se sintió vivo nuevamente, sintió cómo aquellos sentimientos aún estaban dentro de su obscuro corazón. Sintió todo lo que nunca había sentido antes, sintió esas mariposas y huracanes que provocaba ella, el solo hablar, el oír su voz, el tocar su mano, el rozar sus labios... Cada detalle, cada cosa, ya fuese la más mínima, viniendo de ella, era algo increíble. Te doy un ejemplo; como cuando estás en una montaña rusa y vas de subida preparándote para la bajada, luego vas a toda velocidad bajando y te dan esas cositas en la panza. O como esas chicas que conocen a sus ídolos y lloran, gritan, les dicen que los aman porque no saben realmente qué hacer, así se sentía él.
Avanzaron los meses y se comenzaban a enamorar más y más, con cada día que pasaba. Tenían sus diferencias pero lo resolvían entre palabras y palabras, besos y caricias, mimos, abrazos, pequeños detalles que le hacían saber que todo valía la pena. "¿Te quieres casar conmigo?" Mira que palabras más fuertes y mágicas, en cierta forma, se decía el uno al otro. Me alegra que muchas cosas entre ellos hayan cambiado, ya no discuten, al menos no cada noche como al comienzo. Que pareja más dispareja. Se logran acoplar de manera perfecta ahora, tienen sus momentos de locura pero se desquitan en la cama. Disfrutan del sexo, disfrutan de esos roces suaves e íntimos que se producen entre sí. Cada pequeño detalle que se hacen mutuamente, es enorme para ambos. Cada palabra, cada frase que se dicen, es una frase especial, pequeñas cosas que a pesar de todo los mantiene unidos, más unidos que nunca.
Te amo.

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Only you.
AléatoireTe hago una breve introducción. Esta es una historia acerca de tú y yo, es nuestra historia pero desde un punto de vista de una tercera persona. Si no eres Utopía, entonces te cuento; vas a leer nuestra historia pero de una manera diferente, sin na...