Capitulo. 1

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-Vamos nena no es duro- Me repitió Dylan Blake por décima vez en la noche, joder es que acaso no se cansaba de ser rechazado, estaba agotada, empapada de pies a cabeza por haber caído a la piscina y no encontraba ningún puto trago, cansada de buscar sin existo tome rumbo a la cocina para servirme un trago yo misma con el estorbo de Dylan siguiéndome. Entre en la extensa cocina, abrí el refrigerador y saque una cerveza, me fui a la barra, cogí la sal y agarre un limón de la mesa, cuando iba a sacar un cuchillo Dylan se apareció detrás de mí, me quito las cosas de las manos y se ofreció a preparar la bebida, debido a que no quería discutir acepte y me senté en una butaca que había detrás de la barra, Dylan me dio la espalda mientras preparaba mi bebida y yo me recosté para calmar el dolor de cabeza que me estaba empezando, Dylan se sentó a mi lado, me extendió el vaso y le di las gracias, antes de dar un sorbo mire mi reloj, eran las 2 de la mañana, "esta temprano" pensé pero debido a que no estaba disfrutando mucho de la fiesta decidí por irme de ahí apenas acabara con mi trago, en cuanto el vaso estuvo vacío me pare de mi asiento pero un mareo intenso me inundo y todo empezó a dar vueltas, la vista se me comenzó a nublar.

–Blake que mierda le echaste a eso- le grite al aire ya que mi sistema de ubicación interno estaba como loco y no tenía la más mínima idea de donde estaba Dylan.

–No te preocupes no fue nada malo- me dijo pero no sé exactamente de donde venía el sonido, el cuerpo me fallo y empecé a caer, esperando el golpe que nunca llego y por el contrario siendo remplazado por unos  musculosos brazos que me tenían sujeta a su cuerpo.

–Blake- gemí y todo se puso negro...

Me desperté con un punzante dolor de cabeza, sobre sabanas blancas enredadas en mi cuerpo desnudo

-Mierda- dije en voz baja mirando a mi lado viendo que efectivamente mi acompañante en la cama era nada mas y nada menos que Dylan, puse los ojos en blanco y me pare de la cama, me vestí y salí de aquella habitación.

-Esta me la pagas Blake- murmure a la nada y baje las escaleras hacia el primer piso, mientras me encaminaba a la puerta de entrada me encontré en el camino a Daniel Blake, el hermano gemelo del chico que se encontraba durmiendo en el segundo piso, la diferencia entre ambos es que Daniel no era un idiota engreído como su hermano, me miro con cara de pena y le devolví la mirada con una media sonrisa, estuve a punto de ofrecerle mi ayuda para limpiar el desastre de la fiesta de la noche anterior hasta que mi vista se poso en un reloj que había sobre una mesa, eran las 6 de la mañana.

-Joder mi tía me va a matar- murmure para mi misma y me despedí de Daniel para salir corriendo hacia mi casa.

Llegue a la cabaña de mi tía faltando 5 minutos para las 7:00.

-Genial estoy a tiempo- nuevamente le dije al aire y realmente debo dejar la manía de hablar sola, despeje mis pensamientos y escale el árbol que da a mi ventana entré a mi habitación y me puse un pijama que consistía en un short y un top deportivo, me metí a mi cama y me dispuse a dormir justo para escuchar a mi tía prendiendo la cafetera.

...

Ya era sábado en la tarde, y en una pequeña cabaña en lo profundo de un bosque, se encontraba una mujer barriendo el polvo que entraba por las ventanas, se escucho un estruendo en el piso de arriba de la casa y muy molesta la mujer subió sabiendo bien que se iba a encontrar, como ya de costumbre se encamino a la ultima puerta del pasillo y la abrió encontrándose con un montón de ropa tirada por el suelo, en el lado izquierdo de la habitación un reloj roto, y en medio de esta, una maraña de pelos cubierta por un tendido, la mujer abrió las cortinas provocando que el sol de las 2 de la tarde se filtrara en la habitación, se acerco a la cama y de un jalón arrebato el tendido provocando que quien dormía terminara en el piso, dando un fuerte quejido.

...

-Nicole son las dos de la tarde a que hora te piensas parar de la cama- grito mi tía mientras yo me paraba del suelo y me tiraba nuevamente a mi cama, el dolor de cabeza solo había aumentado y lo único que yo quería era dormir.

-Tía no me molestes por favor, tengo un dolor de cabeza que ni te imaginas y no tengo tiempo para estar escuchando tus regaños- le pedí amablemente rogando por que enserio me haya salvado de esta, aunque efectivamente no era así.

-Y como no vas a tener dolor de cabeza, quien sabe cuanto habrás tomado anoche, y a que jodida hora llegaste Nicole, me tenias preocupada maldición, porque mierda no me puedes decir que vas a salir para así no volverme loca cuando entre a tu habitación y no estés- y ya empezó, sabia que era demasiado bueno que aun no me hubiera dicho nada.

-Para empezar no te dije que iba a salir ya que si lo hubiera hecho no me hubieras dejado ir y tal vez consideraría decirte que voy a salir si no me castigaras cada dos milésimas de segundo, además sabias que el cumpleaños de los Blake era anoche y yo nunca me hubiera perdido esa fiesta- le respondo de la forma mas calmada que puedo, aunque por dentro estoy echando fuego, mi tía me mira con rabia cargada en su mirada mientras yo la ignoro tratando de arreglar el enredo que tengo como cabello.

-Nicole ya tienes 18 jodidos años, no te la puedes pasar de fiesta en fiesta como si nada y esperar no tener consecuencias, tienes que decidir que hacer con tu vida- me reprocho mi tía con claro enojo en su voz para después añadir con decepción y tristeza

-Esto no es lo que tus padres hubieran querido para ti- y se marcho de la habitación dejándome con nudo en la garganta.

-No hables de mis padres como si supieras lo que ellos hubieran querido para mi- grite con claro enfado en mi voz, me dirijo al baño, el único lugar en donde podía llorar en paz y sin que nadie se diera cuenta, el agua contra el piso evitaba que mis quejidos sonaran fuertes y cuando está pasaba por mi rostro se llevaba consigo todo rastro de llanto , aunque el dolor siempre seguía ahí.

OBSESIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora