"Otra vez tú. No sé por qué me sorprende."
"Yo tampoco lo sé. ¿Cómo estás hoy?"
"Asqueada."
"¿De qué?"
"De ver tu cara de nuevo."
"Ja-ja. Yo estoy genial, por si te lo preguntas."
"No lo hacía."
"Yo sé que sí. ¿Que dibujas hoy?"
Victoria siente un escalofrio recorrer su cuerpo cuando Alex acerca el rostro cerca de su cuello para observar sus bocetos. Eso no le gusta. No le agrada para nada.
"Pajaros, ya ves."
"Lo haces muy bien, no lo había notado."
"Ahora sí."
"¿Y qué más sueles dibujar?"
No está segura si abrirse a una persona como él pueda ser lo correcto. Pero no duda que su insistencia para hablarle y encontrar un tema de conversacion es muy dulce. Es el fondo de su más oscuro corazón, lo admite.
"Arboles, animales, personas..."
"¡Uuuuh! ¿Me dibujarías?"
"No. Arruinaría mi arte."
"¡Vamos! Nunca nadie me hizo un dibujo. Quisiera ver cómo me dibujarías."
"No."
"No seas amargada. ¡Por favoooooor!"
"Quedate quieto y mirame."
Alex se entusiasma. Se sienta bien y la mira a los ojos. No se habia dado cuenta que el sol le aclaraba los ojos. Los hacía ver más verdosos que marrones. Y sus pestañas llegaban hasta debajo de sus cejas espesas en perfecta forma, sin maquillaje necesario.
Vio sus labios y le resultó imposible no pensar en el deseo de morder y succionar su labio inferior rosado en un beso.
