''Tengo Ganas De Ti'' Federico Moccia

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- Menos mal, creí que no te iba a dar tiempo para contarme el final de la historia. ¿Qué pasó con Babi?
- Que, que me dejó, al cabo de un tiempo conoció a otro y bueno pues, comenzó a salir con él.
- ¿Y qué más?
- Nada más. Yo me fui y no volví a saber de ella.
- No hay derecho. Exijo un final feliz.

Así que en verdad la gente cambia cuando se lo propone, hermanito.

Perdona, ¿Tú eres el que declaró su amor pintando 3 metros sobre el cielo en un puente verdad?

Pensaba que eras una leyenda de camioneros pero veo que existís como las sirenas.

- Supongo que esto te funcionará con cualquier fulanilla de barrio, pero yo no te voy a llevar ni en sueños.
- ¿No? Pues me llevo yo solito.

- Léeme los labios y repite conmigo, La.. ladrona... soy... yo.
- ¿Ves este anillo? Pues si no me abres primero va a atravesar la ventanilla y después tu cara, mamarracho.

- Odio los tíos como tú.
- ¿Irresistibles?

- ...¿Y tú cómo te llamas?
- Ginebra.
- Mi madre es inglesa, desgraciado.
- ¿Y alcohólica?

- Bueno, de todas formas mis amigos me llaman Gin.
- ¿Tonic?
- Tú sabes qué es el tae kwon do? Es un arte marcial moderno que consiste básicamente en que mi talón está dentro de tu boca en menos de una fracción de segundo.
- No me gusta que me vacilen.
- Ya, es que es lo que tiene, super Hache. De pronto un día aparece alguien que te da mil vueltas y te das cuenta de que llevas siendo un pringadillo toda tu vida.

- Uy, yo no pensaba que eras de las que hacía esto en la primera cita.
- Es que esto no es una cita.

Tranquilo machote que hace ya mucho tiempo que las princesas nos manchamos las manos y no pasa nada.

- Fueron valientes tus padres, al elegirte el nombre. No pensaban en los chistes a los que se presta.
- Pues no lo sé, mis padres murieron... ¡A que se te ha cortado el chorro! No falla.
- Puta Gin Tonic.

- Este hombre no es grande, es glande.
- Follar no folla nada, pero tiene un rabo que le llega hasta las rodillas.

- Un poco bestias pero muy simpáticos tus amigos los míticos.
- Los épicos, aquí el único mítico soy yo.

- ¿Se puede entrar?
- No sabes lo que te vas a encontrar.
- Es que yo no entro a ningún sitio si no sé cómo salir.
- Esa frase mola.
- Es de una peli.
- Ya decía yo.

Ahora cuando arranque te memorizas mi matrícula, la matrícula te llevará a mi dirección y de ahí a mi número. Ánimo machote.

- Llevamos dos años sin vernos. Yo pensaba que esto era un reencuentro, no una entrevista de trabajo.
- Yo solo quiero serte útil hijo.

- ¿Pues qué aspiraciones tienes en la vida?
- Pues un marido y muchos niños. Tú si quieres puedes hacer de niño.

El del golpe de efecto con la luz, era yo.

Si me agarras a mí lo vas a disfrutar más.

- ¿Qué haces?
- Poner una lavadora de vaqueros.
- ¿Y tu madre?
- ¿Tengo yo pinta de vivir con mi madre?

Pues yo sé algo que anula cualquier arte marcial.

- ¿Por qué no has ido a buscarme cabezón?
- Porque este listo me dio 50 euros para que me olvidara.

Es el síndrome del campamento de verano: Te vas de campamento y te lo pasas de puta madre, el mejor verano de tu vida, vuelves a casa y te tiras todo el año pensando en el próximo campamento... Y entonces llega, y todo ha cambiado, monitores, las chicas, los colores están raros, es un extraño ya... y caes. Los mejores años fueron eso. Los mejores. Y nunca se volverá a repetir.

Hay que perdonar. Y perdonarse. Pasa la página.

Chicos, enteráos de una vez que no nos gusta que nos piropeis a gritos, para menos sus machitos en manada. Y de paso le decís a este que no nos gusta que nos insistan, o sí... pero con un poquito de ingenio.

- Yo solo quería una historia de amor. Como la tuya con Hache.
- Eso no se busca Dani...
- Ya, pero... ¿no te acuerdas de él? ¿No lo echas de menos?

¿Tengo yo cara de haber hecho cola alguna vez?

En estos sitios parece que todo mundo ha olido una mierda seca.

- ¿Quién es esa Babi?
- Alguien de mi pasado.
- ¿Es importante para ti?
- No lo sé...

Te he dejado un cd titulado "música para que mi hermana folle".

- ¿Necesitas algo?
- Claro.
- ¿Qué quieres?
- Que me cuentes todo, tu vida.
- ¿Ahora? Pero que no tenemos tanto tiempo.
- Es verdad, hazme un resumen.
- ¿Por dónde empiezo?
- ¿Por lo más importante. El amor.
- ¿Era delicado verdad?
- Justo.

- Tu hermano me ha dicho que te gusta este sitio.
- Dicen que es especial, que se ven OVNIS y esas cosas. Por cierto, la cena se ha enfriado.
- Lo siento.
- ¿Qué pasó?
- Es difícil de explicar. Vas a tener que confiar en mí.
- Y tú, ¿confías en mí? ¿Quieres estar con ninguna verdad?

- A ver, dime qué hago.
- Uy, creo que me estoy arrepintiendo.
- ¿Por qué?
- Porque eres la primera persona que dejo que la conduzca.

- Tengo ganas de ti.
- ¿Qué?
- ¡QUE TENGO GANAS DE TI!

- ¿Esto qué es?
- Dicen que, que si una pareja cierra un candado, lo deja atado al puente y luego tira la llave al agua, no habrá manera de que se vuelvan a separar.

Cuidado mítico, que esto es para siempre. No hay vuelta atrás... No hagas nada de lo que te puedas arrepentir.

- ¿Me has controlado las llamadas?
- No soy esa clase de chica.
- Posesiva.
- Secretaria.

Las últimas palabras que me dijo, fueron: "Nuestras chicas son increíbles, y tenemos que estar a la altura." Si lo piensas es la frase perfecta antes de pirarte para siempre.

Cuando alguien desaparece de tu vida, puede que no vayas a volver a ver a esa persona nunca más, o si podrás decirle todas las cosas que te quedan, que te gustaría decirle. Coges papel y lápiz y escribes una carta. Que puede ser eterna o puede ser una palabra. Se la escribes a esa persona que se fue, pero no, no la mandas, la doblas y la acercas a una llama y la quemas. Se la lleva el viento y así el dolor no se te queda tan dentro.

- Estás igual.
- Tú no.
- ¿Ah no?
- Estás... mayor.
- Vale, gracias...
- No, no, sino mayor de, no sé, de haberme perdido cosas de ti.

- ¿Me dejas que te lleve a un sitio?... Pero tienes que cerrar los ojos.
- ¿Todo el camino?
- Y sin protestar.

- ¿Recuerdas?
- No me acuerdo de nada.
- Mentiroso.
- Lo único es que ahora nuestra casa tiene dueños.

- Lo siento. Necesitaba saber si sentía algo por ti. Voy a casarme, dentro de un mes.
- Me alegro.
- Por un momento ahí en la playa pensé que todo estaría igual.
- También llovía. Te deseo todo lo mejor, de verdad.

- ¿Qué pasa, está lloviendo afuera?
- Es que me he bañado en el mar.
- Ah... Qué suerte...

Todo pasa, mi niño...

''FRASES DE LIBROS ''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora