mi derecho

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Atención: el metaverso de Saint Seiya y todos los personajes que contiene no me pertenece a mi, sino a la maravillosa mente de Masami Kurumada.

Hola, este es mi primer fi casi que desconozco como será recibido. Yo como mucha gente estuve decepcionada por el final de la saga de Hades así que decidi hacer mi versión del asunto. Como nunca he visto a nadie haciendo fics de Athena x Hades (cosa que me frustra ya que son una de mis otp's) pensé en experimentar con la idea a ver que salía y me siento bastante contenta con los resultados. Espero que les guste.

-Arcane




-Nosotros... - La voz de Shun se escucha débil y jadeante- nosotros vencimos-

El infierno lentamente de desquebrajaba, sin el cosmos de Hades para sustentarlo pronto no quedará nada en pie que indique la grandeza de aquel paraíso de perdición, tortura y muerte.

-Athena sama- Ikki llama la atención de su diosa que se encontraba absorta en sus pensamientos mirando la nada.

Ella se gira hacia sus caballeros, les mira con tristeza debido a sus condiciones; sus armaduras divinas quebradas con solamente unos pedazos que se adherían lamentablemente a aquellos cuerpos heridos y ensangrentados. Vio a Fénix y al Dragón (o lo que quedaba del fénix y el dragón) que cargaban el cuerpo inconsciente de Pegaso. Sus pobres caballeros.

-Vuelvan al santuario- les ordenó casi como en un suspiro.

-Pero Athena sama ¿y usted? No se puede quedar aquí- el cisne, jadeante, avanza unos pasos hacia la diosa- no la dejaremos-

Athena aprieta el cetro de Nike entre sus dedos, se siente cierta tensión en la joven reencarnación de la deidad, ella camina hacia Hyoga extiende su brazo acariciándole el rostro, no le importaba que estuviese cubierto de sangre, sudor y polvo.

-descuiden yo volveré al santuario, pero ahora hay algo que necesito hacer- dirige la mirada hacia atrás donde en un charco de sangre el cuerpo de Hades yacía tendido- El sigue respirando-

Los caballeros de bronce se miran estupefactos, tratan de avanzar hacia Hades pero Athena extiende su cetro frente a ellos deteniendo su avance.

-No - dice a secas - yo les ordené que volvieran al santuario y eso es lo que van a hacer. Esta batalla ya no les pertenece.

Los cuatro permanecen paralizados por un momento, luego se miran y fusionando el resto de sus cosmos desaparecen en el horizonte.

Ahora ella está sola, reza para sí misma por el sus caballeros de oro allá en Asgard, muchos ya han muerto de nuevo, reza para que sus sacrificios no hayan sido en vano. Piensa en todos los que tienen que reemplazar y le invade la tristeza. Eran buenos caballeros, incluso los que podrían ser tachados de malos, para ella eran buenos caballeros, sus caballeros... Los mejores hijos que una diosa virgen jamás tendrá. Se secó las lágrimas con el antebrazo y respiró hondo; esto todavía no se acababa...

Se dirigió hacia el cuerpo de su rival, en lo que se acercaba sus pies pateaban los negros pedazos metálicos de la destrozada armadura divina de Hades. Se detuvo justo al borde del charco donde descansaba bocabajo el derrotado señor del inframundo.

El abrió los ojos lentamente y con debilidad, miró con vergüenza a la diosa que se alzaba frente a él, pronunció el nombre de ella en un tono casi inaudible y sin éxito trató de estirar su brazo hacia su espada, estaba tan cerca de sus dedos... Solo unos centímetros... Si tan solo pudiera alcanzarla... Pero sus fuerzas no se los permitieron. Gruñó de frustración, sus fuerzas, su cosmos, todo le abandonaba. Mientras tanto ella seguía ahí mirándole en su debilidad, deseaba que dejara de mirarle y lo matase de una buena vez, que lo librara de aquella vergüenza. Cerró los ojos con resignación como un animal cansado que sabe que lo llevan al matadero cuando ella se arrodilló a su lado, esperó el golpe de gracia.

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⏰ Última actualización: Sep 07, 2015 ⏰

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