The dreamer

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—Así que se acuerda de mi nombre—. Dije indiferente.

—¡Eres un demonio! ¡Deberías de estar en un poso de la carcel muriéndote!

—¿Debería? ¿Por qué señora? No entiendo a lo que se refiere—. solté una carcajada silenciosa.

—¿Que es todo este escándalo? —preguntó uno de los enfermeros—, este es un hospital respeten a los enfermos y guarden silencio por favor.

—¡No puedo guardar silencio cuando esté demonio está aquí, suelto, cuando debería estar pudriéndose en la carcel, o mejor muerta.

—Señora ¿que está diciendo? ¿Por que se refiere así hacia mi sobrina? —pregunto mi tía, interponiéndose entre esa señora y yo, pude notar inmediatamente que mi tía estaba más que nerviosa, sus manos temblaban de la preocupación y el escándalo hacía mi de esta señora.

—Ella, ¡Ella fue quien mató a mi hijo!

—Ni siquiera es su hijo, señora —Interrumpí.

—¡Cállate! Tu lo mataste y lo sabes bien y ahora estás aquí haciéndote la buena—. Dijo acercándose a mi, su enojo y sus nervios estaban más que presente.

—¿Cariño, a que se refiere esta señora?—. Me pregunto mi tía, después de escuchar la acusación de esa señora.

—No tengo ni la menor idea tía —dije como la persona más inocente de la sala.

—Señora, si no se calma ahora, tendrá que salir del edificio —le advirtió un enfermero.

—Pero ella, ¡ella mato a mi hijo! Y tal ves... ¡tal ves también Mato a mi esposo! ¡Es un demonio! ¡Es una bruja maldita!

—Ok ya basta, está señora no está bien, sáquenla del edificio — dijo el enfermero, ya cansado de escuchar a esa señora.

Yo reí silenciosamente.

—Se está riendo, lo ven, algo está tramando —dijo mientras dos guardias se acercaban a ella para sacarla.

yo me hice la seria, pues mi tía dirigió su mirada a mi y yo renegué con la cabeza como si no entendiera.

—¡suéltenme!, ¡ella está tramando algo! No lo ven, ¡esto es lo que ella quiere... —se callo por un momento analizando bien la situación.

—¿Que pasa? —le dije en voz baja, sabiendo que leería mis labios. Sonreí de nuevo, pero con cautela para que mi tía no lo notara.

—Mi hijo... está vivo, ¡mi hijo está vivo!, ¡ella lo quiere matar! ¡Suéltenme, tengo que ver a mi hijo, ella me lo va a matar, ¡suéltenme! —dijo en desesperación forcejando a los guardia. Su escándalo llamó la atención de todos.

El enfermero cansado de eso y ver cómo reaccionaba la señora, pidió un sedante y se acercó rápidamente a ella y se lo inyectó.

—Intérnenla, está señora está muy mal —. Dijo el enfermero a los guardias para luego dejarla en una camilla y llevársela de ahí.

Mi tía me abrazo fuertemente, enserio estaba muy nerviosa.

—perdonen este escándalo, trataremos de que no vuelva a pasar, pero espero que entiendan que ahora debo atreverme a preguntar a qué se refería esa señora con que su sobrina supuestamente mato a su hijo—. Dijo el enfermero.

Yo no lo pude evitar y reí de pronto, pero si que el enfermero oh mi tía se dieran cuenta. Ya en ese momento estaba informada, el enfermero me confirmó indirectamente de que el estaba vivo, y solo pensaba en lo interesante que era, el maldito seguía vivo, y yo, bueno, nadie contradecís mi inocencia y nadie le creía a la pobre señora gritona, al fin y al cabo, solo era una señora que estaba muy mal por la conmoción, el enfermero lo dijo.

¡Pronto!

Y con mejor portada

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