Te ama, incógnita. [Editado]

Epílogo.

Calum salió de la escuela como cada día sintiendo que algo le faltaba. Al notar que su espalda estaba vacía supo que olvidó el estuche con su guitarra dentro.

Volvió por los desiertos pasillos de la escuela para llegar al salón de música. Mientras pasaba por donde estaba su casillero notó a una conocida silueta abriendo su casillero.

-¿Destiny?, ¿Qué haces en mi casillero?-. Preguntó el moreno confundido.

-Calum, yo...-. Habló la chica, pero Calum la interrumpió.

-¿Acaso tú eres incógnita?-. Exigió firme y aún confundido.

Sin esperar un segundo más, Destiny salió corriendo del lugar, pasillo tras pasillo lo atravesaba a toda velocidad sin girar siquiera a ver si Calum la seguía.

Sin detenerse salió de la escuela asotando las puertas. En el fondo sabía que debía afrontar esto, pero no quería, no estaba lista. Sin darse cuenta, cruzó deprisa la calle. Un fuerte golpe azotó sus oídos. Ya no estaba corriendo. Un auto había chocado con ella.

El corazón de Calum se aceleró. Corrió lo más rápido que pudo y se arrodilló de golpe junto a Destiny. Tomó a la chica en sus manos. Todo pasó muy rápido. Tenía ganas de llorar y gritar.

-Desy...-. Susurró Calum. Desy era el apodo que le tenía a su amiga, que al parecer era el mismo que el de su incógnita- ¿Por qué... por qué no me dijiste?.

-Tenía miedo-. Habló la chica en un susurro casi audible.

-Dios, Destiny-. Las lágrimas comenzaban a escaparse sin previo aviso de los ojos del chico- No puedes dejarme, no ahora que sé que eres tú. Te amo, por favor no hagas esto.

En un intento de mantener el momento justo allí, Calum presionó sus labios contra los de ella. Cuando se separó, se encontró con sus brillantes ojos develando una sonrisa, que de alguna manera le agradecían.

-¿R-recuerdas lo que prometiste que harías cuando me conocieras?-. Calum sonrió. Sabía a lo que se refería.

-Claro-. Suspiró mirandola- Incógnita, ¿quieres ir al baile conmigo?.

Destiny sonrió. Y sus ojos se fueron apagando, al igual que la fortaleza de Calum.

Ella lo hizo fuerte sin saber quién era. Y ahora que la conocía, jamás se sintió tan debil en su vida.