My History (Novela de Michael Jackson)

Capitulo 49

Una amistad como la de Michael hace que tus peores días se llenen de alegría al tan solo escucharlo cantar, su canto logra cosas inexplicables en mi. Han pasado ya cuatro meses desde que lo volvi a ver y nuestra amistad este de vuelta.

Es un dolor muy grande tener que ser su amiga cuando me encantaría ser algo más, pero tengo miedo, tengo miedo que no sea correspondido, tengo miedo que se burle de mi o que me mire con lástima recordándome que solo soy su amiga/hermana.

Los celos me comen en cada fiesta que voy con Mike, siempre me presenta chicas nuevas y cada una es mas bella que la anterior, los celos me estan matando en cada momento que las chicas se le acercan demasiado como para abrasarlo o incluso, besarlo.

- ¿Me has escuchado Angel? -Preguntó mirándome curiosa.

- Eh... Este... lo siento, ¿que decías? -Dije apenada.

- Ay pequeña -Me miró- eres tan despistada como Mike -.

- No mientas Liz -Me defendí- por lo menos yo no me confundo con las prendas -.

Elizabeth comenzó a reír a carcajadas y yo la seguí, dios ese día había sido uno de los más divertidos.

~ FlashBack ~

Michael estaba junto a mi tocando el piano y cantando sólo como él podía hacerlo, yo lo seguía a duras penas dejándome llevar por la dulce melodía que salía de sus labios. Al terminar de cantar nos sonreímos en respuesta y detrás nuestra escuchamos aplausos.

- Vaya chicos -Dijo feliz- ustedes si que cantan genial juntos -.

- Gracias Liz -Dije un poco apenada.

Michael corrió hacia ella como pequeño de cinco años a saludarla.

- Michael -Me aclaré la gargamta- hay algo que te eh querido preguntar desde que entre a este salón -Lo miré y vi que sus ojos estaban más brillantes que nunca.

- Preguntame lo que quieras -Dijo felizmente.

- Este... em... ¿Por qué estás así? -Dije apuntandolo.

- ¿Así como? -Preguntó sin entender.

- Así -Dije apuntando sus pies- con un calcetín rojo y el otro azul -.

Él me miró más rojo de lo normal, podía notar sus nervios a kilómetros lo cual hizo a Liz reír.

- Es que... -Sonrió- esto es lo que pasa cuando te vistes con la luz apagada -Susurró.

~ Fin del FlashBack ~

Con Liz continúabamos riéndonos por aquel recuerdo, no nos malinterpreten. Queremos a Michael un montón pero... es muy... despistado?.

- Creo que llegue en el momento apropiado -Dijo alguien detrás de mi.

Me levanté rápidamente un poco asustada y me tranquilicé al ver que solo era Karen tendiendome una broma.

- Tarada me asustas -Dije colocando mi mano en mi corazón exageradamente.

- Aún así me quieres -Dijo sentándose junto a mi giñandome un ojo.

Las tres conversábamos animadas en aquella fiesta de no se quien. ¿Por qué vine?, fácil es tan solo una palabra

Michael.

Me invito el mismo día que Karen y yo tendríamos una "Salida de chicas". Ya ven como va nuestra salida.

Karen me hacía sonreír siempre, sus bromas y chistes eran muy graciosos lo cual producía que mi faceta junto a ella fuera solamente felicidad pero en este momento ni sus chistes me hacen reír. Mi cara es de seriedad completa.

Michael, a pocos metros de nosotras, estaba alegremente abrazando por los hombros a una chica.

Calma Angel, es tu amigo y te prometiste no celarlo. ¿Como quieres que no lo haga si están jodidamente felices abrazaditos?. La única persona que saldrá mal de esto somos nosotras. ¡Y eso a mi me importa!. ¡VAS A EXPLOTAR!.

- Liz -Dije llamando su atención- voy a estar afuera, me duele la cabeza por la música y quiero aire fresco, ¿Vale? -.

- Entiendo Angel, ve, cualquier cosa te llamo -Me informó.

Asentí y pedí disculpas mientras me iba a él jardín; Este hermoso lugar estaba rodeado de rosas y árboles hermosos que eran iluminados por las luces que colgaban de ellos.

Cuando me senté en uno de los bancos coloqué mis manos en mi cabeza en señal de frustración.

¿Es que no te puedes calmar?. Joder, calla sabes que eso me duele. Si lo sé puedo sentirlo... pero deberías calmarte, no eres su ñnovia como para que te comporte así. ¡Cállate de una vez!.

Por mucho que pensara en todo eso mi subconciente tenía toda la maldita razón. No era su novia. No era la que tenía su corazón. Mis sentimentos hacia él se derivaban a simples fantasías que to creía reales en un futuro.

- Que idiota soy -Dije sonriendo amargamente. Hay momentos en los que detestaba tener la jodida razón. Este momento era uno de ellos.