Alicia.

Capitulo 2.

La campana sonó anunciando que las clases por hoy terminaban. Empece a ordenar mis cosas a paso lento y tranquilo, cuando ya estuve lista, posiciones mi mochila en mi espalda y salí del salón. Aún no quería volver a casa, ya que odio estar ahí, así que decidí pasar por una plaza cerca de la para del bus. Camine tranquilamente hasta la plaza y al estar ahí, me senté en una de las bancas y saque mi libro.
Empece a leer emocionada, metiéndome cada vez más en la historia, cada vez imaginándome que estoy ahí. Cuando de la nada alguien habla.

-¿que hace por aquí una chica de pelo claro ondulado leyendo un libro después de clases?.-levante mi vista y pude notar que frente a mi, estaba parado Tyler.

-aun no quiero volver a casa.-respondo sin ánimos.

-¿por qué?.-pregunta sentándose a mi lado.

Lo mire con curiosidad, ¿por qué el creería saber si quiero o no quiero volver a mi casa?

-simplemente no quiero.-miento.

-mientes ¿cierto?.-dice este con mucha confianza.

-¿por qué crees que miento?.-pregunto.

-no lo se.-habla como si nada.-soy tu amigo, igual, se que llevamos menos de un día como amigos pero me gustaría que confiáramos el uno en el otro.-añade.

-bueno, si eso quieres.-hago una pausa, cierro mi libro y lo guardo.-no quiero volver porque mi casa esta llena de problemas, mi padre es un alcohólico que golpea a mi madre, y mi madre es una depresiva que solo me grita y culpa de todo.-añado cabizbaja.

El se queda pensativo un rato, como tratando de encontrar una solución para el tema pero nada se puede hacer.

-vamos, te iré a dejar de hoy en adelante.-se para y toma mi mano para jalarme y ponerme de pie.

Sin cuestionarle, empece a avanzar hasta la parada del bus, en ese corto trayecto no hablamos nada. Ya cuando nos subimos al bus, comenzamos a hablar mas y me contó una historia de su hermano mayor.
Cuando llegamos a mi parada me baje y el me siguió rápidamente, era para mi una gran vergüenza que el estuviera por aquí y conmigo. No por el barrio -porque en si, yo vivía en un buen lugar y tenía una buena casa- si no porque mis padres son patéticos y todos me conocen como la hija de los esposos desastre. Todo el mundo me saluda así y el solo queda mirando confuso por el saludo. Le guió hasta mi casa y ya fuera de esta, me paro frente a la puerta y me giro a mirarle.

-sea lo que vayas a ver, no comentes nada a nadie y habla cuando entremos en mi habitación.-digo.-bueno. Si quieres entrar.-añado riendo.

-obvio que entro, y ya déjate de actuar como una niña de 8 años, no diré nada. Tranquila.-habla el riendo junto conmigo.

Al calmarnos, voltee y saque las llaves, abrí lo mas despacio que pude y entre junto con el en la casa. Detrás de nosotros cerré la puerta con cuidado de no provocar mucho ruido y empece a caminar hasta las escaleras. Muy callados, apunto de llegar a mi habitación mi madre sale eufóricamente de su habitación y empieza a gritar, cuando ve que estoy con Tyler se calma y sonríe avergonzada.

-perdónenme.-se disculpa y rápidamente baja con sus ojos llenos de lagrimas, quien sabe porque.

Le hago pasar a mi habitación y cierro la puerta con llave como siempre. Acomodo sus cosas y las mías a los pies de la cama y me siento en la cama junto con el. Se queda observando todo unos minutos y luego me mira sonriendo.

-es una linda casa y una linda habitación, alicia.-dice alegre.-los gritos de tu madre me han pillado por sorpresa pero no esta mal.-añade.

Por primera vez, desde hoy en la mañana que dice mi nombre.

-eh... Supongo que gracias, Tyler.-respondo nerviosa.

-dijiste mi nombre porque yo dije el tuyo ¿no?.-habla el entre risas.

-tal vez.-respondo.

Nos quedamos en silencio unos minutos hasta que el se para y coge sus cosas, me levanto rápidamente con el y le miro confundida.

-tengo que irme, mis padres deben estar preocupados Ali. Nos vemos mañana.-dice colocando su mano en mi cabeza.-¿irás mañana a mi casa?.-añade sonriendo.

-supongo, mañana te daré la respuesta.-digo.-te acompaño hasta afuera.

El asiente y salimos de mi habitación, bajamos a paso lento por la escalera conversando. Ya frente a la puerta, dudosa la abrí y al abrirla me encontré con los negros ojos de mi padre, el horrible olor a alcohol y sus asquerosas y sucias ropas. Tyler esbozo una sonrisa forzada al ver a mi padre y este solo se dedicó a mirarnos para luego empujarme hacia un lado y entrar furioso a la casa.
Salgo de la casa junto con Tyler mientras acaricia mi mano, la aparto lentamente ya que su roce me produce una corriente que recorre toda mi espalda.

-perdona la conducta de mi padre, siempre es así, culpa del alcohol.-agacho mi cabeza avergonzada y triste.

-descuida Ali. Bueno, adiós, nos vemos.-se da media vuelta y empieza a caminar.

Tengo el deseo de correr hacia el, abrazarle y decirle que no se vaya y que se quede conmigo, pero seria patético. Nos conocemos menos de un día y de seguro mi vida le desagrado. Como a todos.

No entre a no verle mas, cuando su silueta ya no podía verla, me voltee y entre en la casa. Al entrar le puse el seguro y subí. Arriba, en el pasillo, mi padre jalaba a mi madre del pelo mientras ella gemía de dolor, dudosa por un momento en que hacer, valiente me acerque a ellos y empuje a mi padre a un lado, asiendo le caer y golpearse contra la pared. Mi madre por otro lado, me miraba sorprendida y agradecida. Mi padre eufórico se levanto y comenzó a gritarme.

-¡Alicia Miller! ¡¿Como te atreves a tratar así y golearme?!, ¡soy tu padre!.-su apestoso aliento a alcohol rebota en mi cara produciéndome un gran desagrado.

-¿padre?.-pregunto sarcástica.-¡¿te atreves a nombrarte MI padre cuando nunca has estado para mi y lo único que has hecho es beber y golpear a mi madre?!, ¡eres un hijo de perra, no un padre y menos el mío!.-añado y por mis ojos las lágrimas empiezan a caer, pasando por mis mejillas.

Mi padre grita de frustración y luego impacta su puño en mi mejilla, haciéndome caer y provocando un horrible dolor. Mi madre se lanza sobre el y trata de contenerlo, mientras yo, como puedo avanzó hasta mi habitación y me encierro en ella con seguro.

Me recosté en mi cama con dificultad y ahí me relaje, guarde silencio y pude escuchar los gritos de mis padres. Sin ningún interés en seguir escuchando, cerré mis ojos, me acomode en mi cama, me tape hasta no verme y caí en un profundo sueño.