Capítulo único

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Los personajes no me pertenecen, son de Sui Ishida. 

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Touka despertó sobresaltada y jadeando, había vuelto a soñar con Él. Se sentó apoyando su espalda en la cabecera de su cama, levantó la mirada topándose con el obscuro panorama de su habitación. Sonrió con melancolía mientras diversos recuerdos se paseaban frente a sus ojos...
"Vive una vida feliz Touka-chan", "quiero protegerte"; las palabras de Kaneki resonaron en la cabeza de la chica seguidas de una imagen del joven sonriéndole.
Kaneki. Ese idiota que le dio tantos problemas por no aceptar lo que era (o más bien en lo que lo habían convertido); aquel que antes era un chico inocente y vivaz se había desvanecido y le había dado paso a un joven frio, calculador y muchas veces despiadado (por lo menos con sus enemigos) todo esto para protegerla a ella y a todo anteiku.
Un suspiro se escapó de la boca de Touka así como un par de lágrimas de sus ojos.

- ¿En dónde estás?- un sollozo ahogado salió de su garganta y dio paso a más lágrimas.

Los recuerdos del muchacho de ojos grises inundaron por completo su memoria, recordó cuanto visitaron a Uta para que éste le fabricara una máscara al chico, también el día en que Kaneki se preocupó por curar las heridas que aquel investigador le hizo alegando que se sentiría triste si la perdiera a ella y entonces surgió el recuerdo de la última vez que lo vio en aquel puente; había tantas cosas que quiso decirle, sin embargo, su maldito orgullo no se lo permitió y terminó golpeándolo.

Por favor...no me olvides...

De pronto se coló en su memoria la imagen de aquel joven de cabello bicolor y ojos grises que había visitado Re: algunos días atrás. La joven sonrió inconscientemente al revivir lo que sintió cuando vio al muchacho. Era innegable el parecido que aquel chico tenía con Kaneki, así como también lo era el hecho de que él era un investigador ghoul, una paloma y Yomo se había encargado de recordarle que, aunque fuera físicamente muy parecido a Ken, el investigador la destrozaría sin dudar un instante si descubría lo que ella era, no obstante en el momento en que sus miradas se cruzaron Touka sintió la antigua calidez que se expandía en su pecho cuando Kaneki le sonreía, por alguna extraña razón sentía que él estaba cerca. La joven camarera meneó la cabeza de lado a lado, vaya que se estaba volviendo loca, extrañaba tanto al medio ghoul que se aferraba a una disparatada corazonada.
El ambiente de su habitación se volvía cada vez más pesado y su ansiedad iba en aumento, salió de su cama, se vistió y salió de su departamento. Afuera hacía una lluvia torrencial pero a ella no le importó y comenzó a caminar sin rumbo fijo, poco a poco fue aumentando la velocidad hasta que sin darse cuenta empezó a correr; no le importó que su ropa estuviera completamente empapada, ni que el viento soplara cada vez más fuerte, lo único que quería era sentir que de un modo u otro, estaba cerca de su adorado parcheado.

Volverás, ¿no es así?

En otra parte del distrito 20 un joven investigador de cabello bicolor caminaba sobre las aceras empapadas con paraguas en mano, sus adorados subordinados se las habían arreglado para fastidiarlo de nuevo.

-Nota mental, jamás dejarle las llaves del coche a Shirazu y dejarlos irse temprano en el mismo día.

La lluvia aumentó su intensidad y Haise maldijo por lo bajo abrazando su maleta para que no se mojara el contenido, siguió caminando y volteó a la acera de enfrente casi por reflejo; observó lo que parecía haber sido un local pues estaba completamente destrozado. La curiosidad pudo más que su sentido común, pues el joven atravesó la calle hasta quedar frente a las calcinadas ruinas que parecían atraerlo como si de un imán se tratara. Sus ojos recorrieron la estructura hasta que dieron con lo que parecía ser un letrero; Haise se deshizo del paraguas, puesto que ya había dejado de llover y dejó su quinque a un costado, se acuclilló y pasó su mano por el desgastado pedazo de madera quitándole algunos restos de ceniza y lodo.

Re: de recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora