Para mi el verano supone básicamente una especie de sentimiento de culpabilidad de tres meses de duración. Sólo por que haga un tiempo estupendo, todo el mundo espera de ti que te pases te el rato fuera "alborotando" o algo así. Y si no pasas en el exterior hasta el último segundo , todo el mundo piensa que tienes algún tipo de problema. Pero lo cierto es que yo siempre he sido una persona de interior.
Lo que a mi me gusta es pasarme las vacaciones de verano sentado frente al televisor, jugando con la consola todo el tiempo, con las cortinas echadas y las luces apagadas.
Por desgracia, mama tiene un concepto totalmente diferente de lo que debería ser un verano ideal. Mamá dice que no es "natural que un chico se quede en casa cuando fuera hace sol. Le contesto que solo estoy intentando protegerme la piel para no tenerla toda arrugada cuando sea mayor como ella, pero no quiere escucharme.
Mamá no deja de intentar que haga cosas fuera, como ir a la piscina. Pero me pase la primera parte del verano en la piscina de mi amigo Rowley, y la historia no acabo demasiado bien.
La familia de Rowley es del club deportivo y, en cuanto nos dieron las vacaciones en el colegio, empezamos a ir allí todos los días. Después cometimos el error de invitar a aquella chica, Trista, que acababa de mudarse al barrio. Supuse que seria agradable compartir con ella el ambiente del club. Pero a los cinco segundos de llegar a la piscina conoció a uno de los socorristas y paso totalmente de los chavales que la habíamos invitado.
La primera lección que aprendí es que hay gente que no se lo piensa dos veces a la hora de utilizar te cuando lo que hay en medio es una invitación al club deportivo.
De todas formas, Rowley y yo nos sentíamos más a gusto sin una chica dando la lata alrededor. Ambos estábamos solteros por el momentos y durante el verano es mejor no tener ataduras.
Hace unos días note que la calidad de los servicios del club había empezado a bajar ligeramente . Por ejemplo, a veces la temperatura de la sauna estaba algunos grados demasiado altas, y en una ocasión el camarero del área de la piscina se olvido de ponerme la sombrilla en el batido de frutas.
Le comunique todas mis quejas al padre de Rowley. Pero por alguna razón el señor Jefferson jamás se las trasmisión al director del club. Eso me parece una necedad. Si fuera yo el que estuviera pagando por ser socio del club deportivo, me gustaría estar seguro de que mi inversión merece la pena.
De todos modos, un rato después Rowley me dijo que ya no le dejan invitarme a la piscina, lo cual me parece estupendo. Estoy mucho mejor en casita con el aire acondicionado , sin tener que mirar si hay avispas en mi refresco cada vez que le voy a dar un sorbo.