Capítulo 2: Noche salvaje

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Me dirijo a la barra y pido un chupito de tequila. Cuando me lo he tomado, doy la vuelta en mi taburete y me quedo observando a la gente que pasa enfrente de mí o a la que baila en la pista.

 Cuando me lo he tomado, doy la vuelta en mi taburete y me quedo observando a la gente que pasa enfrente de mí o a la que baila en la pista

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CHARLIE'S POV

Mientras me encontraba con mi plan extra divertido de observar todo a mi alrededor, noté que alguien colocaba sus manos sobre mis ojos. Y, de repente, escuché en mi oído:

-Hola, preciosa.

Inconscientemente sonreí al saber que era Caleb. Este chico es adorable. Quité suavemente sus manos de mi rostro y me dí la vuelta para poder verlo. ¡DIOS!, la mejor idea de mi vida. Se había cambiado y llevaba unos jeans negros con una camiseta del mismo color y botas militares.

-Preciosa, ¿yo? Será que no te has visto.-respondí. Espera, ¿eso había salido de mí?

Él empezó a reírse por la contestación que le había dado y luego me dio un beso en la mejilla. Me ruborizo y él decidió cambiar de tema para que dejara de avergonzarme.

-Bueno, Charlie, yo no sé tú, pero yo me estoy aburriendo en esta fiesta. ¿Nos vamos?

-¡Claro!

Salimos de la fiesta y empezamos a andar. Fuimos hablando de todo un poco, para conocernos. Miré la hora y vi que habíamos estado caminando y conversando unas tres horas. ¡Impresionante!

-Caleb, llevamos tres horas caminando. ¿Podemos parar?.-le pedí suplicando, a lo que él soltó una pequeña risita.

-Claro. Escucha, a unos cinco minutos más está mi edificio. Si quieres podemos ir allí y hacemos la última, ¿te parece?

-De acuerdo.-contesté sonriendo.

Nos dirigimos a su casa y observé que vivía en un edificio de apartamentos. Además, me fijé en que su casa estaba a unos veinte minutos del apartamento que yo tenía en la ciudad. ¡WOW! Esa información era interesante.

Entramos en el edificio y nos dirigimos al ascensor. Una vez allí podía notar como Caleb me observaba, pero no tenía el valor para enfrentar la mirada. Me sentía muy pequeña a su lado.

Cuando estábamos en su apartamento, me senté en el sofá.

-¿Quieres algo? ¿Bebida? ¿O alguna cosa para comer?.-me preguntó. Simplemente adorable.

-Mmmh, una cerveza estaría bien.

Fue a la cocina y volvió con un pack de cervezas, me ofreció una y la acepté. Justo cuando estaba tomando un sorbo decidió intervenir en la conversación:

-Eres preciosa.

Y fue ahí cuando "decidí" atragantarme y empezar a toser como una desquiciada.

-¡Oh, Dios! ¿Estás bien? ¡Joder!.-exclamó él.

MÍO y de nadie másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora