Charlotte es una joven libre e independiente. Siempre ha tomado sus decisiones sin tener que pedirle permiso a nadie. Pero todo cambió cuando lo conoció a él.
Jace es el Alfa de la manada Luna Sombría, una manada de licántropos guerreros que han si...
Y justo cuando el taxi pasó por allí Caleb me saludó mientras el otro sujeto le miraba como si fuese a matarlo por hacer tal cosa.
Así, me quedé pensando en todo lo sucedido en estas últimas horas. Y cuando llegué a casa me quite toda la ropa y me metí en la ducha. Pero era inevitable no pensar.
Sólo espero que si continuo quedando con Caleb no tenga que encontrarme con Mister Ojos Verdes.
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JACE'S POV
Me dirigía al apartamento de uno de mis hombres: Caleb. Era uno de los mejores guardias de la manada y también un gran investigador. Le había pedido unos informes sobre una nueva manada que se ha establecido en el norte y necesitaba saber cuáles son sus intenciones.
Hacía tiempo que Caleb no vivía con nosotros, pero en el fondo le echaba de menos. Era uno de mis mejores amigos. Aprovecharía el día de hoy para recuperar el tiempo perdido.
Al entrar en el edificio percibí un magnífico y excitante olor a tierra húmeda y a canela. Fue entonces cuando me quedé embelesado mirando a la que sería mi todo.
Era una hermosísima joven con el cabello teñido de rojo con pequeñas difuminaciones más claras en las puntas. Tenía unos labios carnosos tan besables y unos ojos marrón miel hipnóticos.
Iba vestida con una falda - muy corta para mi gusto - y un top demasiado ceñido. Pero eran prendas que resaltaban su figura haciéndola aún más deseable, si eso era posible.
Sus piernas eran largas y esbeltas. Y su caminar era delicado y decidido a la vez.
Estaba tan embobado mirándola que no me di cuenta de que algo - o más bien alguien - chocaba conmigo.
Al bajar la mirada no pude evitar dedicarle una mirada de euforia y deseo. Pude apreciar cómo me miraba totalmente embelesada, y no me desagradaba para nada.
Pero en ese instante percibí el olor de otro macho y la furia creció en mí.
-¿De dónde coño vienes?.- dije entre dientes.
Tenía el cuerpo tan jodidamente tenso que llegaba a doler.
-Yo, l-lo siento, no miraba por donde iba y....- aunque su voz fuese una dulce melodía llena de ternura, la interrumpí.
-No te he preguntado qué hacías, sino de dónde vienes y por qué hueles a otro macho.
