1.- Jugando

6.4K 624 424
                                    

"Rei, ¿te gustaría que fingiésemos que somos pareja?"

El día que me dijo eso pensé que era otro más de sus caprichos y para que no insistiese mucho con el tema acepté la propuesta. Creía que se cansaría pronto, no lo hizo.

-Rei, di "Aaaaaaaaah"

-Nagisa...estamos en público.-Agaché la cabeza mientras observaba el plato e intentaba no mirar el trozo de tarta que tenía delante.

-¿Eeeeeh? Eso da igual, se supone que somos una pareja, una pareja, Rei. Si se supone que lo somos, habrá que actuar como una.

-¡Solo somos una pareja por el juego extraño que te inventaste un día!

-Aún así, tu aceptaste, venga comete ya la tarta que te doy con tanto amoooooor.-No sé cansaba de acercar la tarta a mi boca, a pesar de que casi todas las personas de la cafetería nos estaban mirando.

-Me la comeré, me la comeré, pero dame el tenedor a mí.-Intenté alcanzarlo, pero en ese justo momento lo apartó.

-No tiene gracia si no te la doy yo.

-Nagisa, la gente está mirando.

-Si te lo comes pararé el juego por un momento, solo tienes que abrir la boca y dejar que meta el trozo de tarta.

-Solo por esta vez ¿Entiendes?

-Sí, sí, pero venga di: "Aaaaah".

-A-aah...

-Pero con más ganas, si no, no te lo daré.

Me está empezando a poner nervioso.

-¡Aaaaaaaaah!-Metió el trozo de tarta y empecé a masticarlo intentando poner la mejor cara posible.

-Nunca olvidaré la cara que has puesto ahora mismo. ¡Ha sido tan adorable que daban ganas de comerte como a la tarta!

-Por favor, ahora como has dicho paramos un momento, y tampoco te rías de mis desgracias.-Estaba empezando a cansarme bastante de todo esto, tanto que me daban ganas de llorar.

-Vale, vale, ya paro, no te tienes que poner nervioso por esas cosas.-Cerró los ojos y suspiro, parecía que le había arruinado toda la diversión-.Pero hay una condición.

-¿Condición? ¿Qué condición?

-Tienes que acompañarme a mi casa...

-Me parece bien.

-Cogidos de la mano todo el camino.

-Ya no me gusta tanto la idea.

-Si no quieres, puedo seguir dándote tarta mientras todos miran.-Me miró con una sonrisa pícara en la cara, estaba claro que sabía que al final acabaría haciéndolo.

-¡Está bien, está bien! Pero no más sesiones de darme de comer en público. ¿Lo prometes?

-Lo prometo, no más de esas, pero me sigues teniendo que acompañar a casa de la mano.-Se metió un pedazo de tarta a la boca y siguió comiendo.

Al rato pagamos la cuenta y salimos de la cafetería. En la puerta Nagisa me tendió la mano.

-¿De verdad no quieres que haga otra cosa a cambio?

-No, quiero que me acompañes a casa de la mano. De todas formas estamos fingiendo que somos pareja. Y se supone que las parejas hacen cosas como esta.

-Muy bien, si eso es lo que quieres no me queda más remedio que hacerlo.

Nos cogimos de la mano y empezamos a caminar hacia su casa. Nagisa a veces balanceaba las manos, parecía un niño pequeño que iba a visitar el zoo con sus padres. En algún punto del trayecto entrecruzamos los dedos, de esta forma sí que parecíamos una pareja, era algo vergonzoso andar de esta manera. No parecía importarle mucho que la gente nos mirase, es más, parecía que se divertía con lo que estaba pasando. En primer lugar, ¿por qué había ideado un plan así? ¡No tenía el mínimo sentido! ¡Si simplemente somos amigos! No hay razón alguna para actuar como amantes.

Estábamos ya en la puerta de su casa, aún así no me había soltado la mano. Parece que lo que sus padres pudiesen pensar de nuestra amistad no le importaba mucho. Intenté que nos soltásemos, pero por más que sacudía la mano él la sujetaba con cada vez más fuerza. ¿Por qué a mí me pasan estas cosas?

-¿No nos soltamos?

-No.

-¿Por qué?

-No tengo ningún motivo.

-¿Y no me puedes soltar entonces?

-No.

A veces pienso que un día va a acabar conmigo debido a uno de sus caprichos, lo peor de todo es que yo me dejo llevar por ellos.

-Si no nos soltamos, ¿qué se supone que vamos a hacer ahora?

-Actuar como novios.

-Se supone que eso ya lo estamos haci...

No me dio tiempo a acabar la frase. Cuando me di cuenta Nagisa se había acercado lo suficiente a mis labios como para rozarlos con los suyos, puso sus manos en mis mejillas y a la vez acercaba mi cara a la suya, poco a poco los fue presionando más y más. Cuando había empezado a acercarse, él, había cerrado los ojos, a mi con la impresión y rapidez del beso no me había dado tiempo, por lo que estaba viéndolo mientras disfrutaba del beso, como respiraba y también sus largas pestañas. Poco a poco se fue separando y recuperando el aliento, respiraba pausadamente por la boca, al igual que yo.

-Um, la boca de Rei sabe a tarta de fresas.-Se lamió los labios a la vez que decía estas palabras.

-¡PERO POR QUÉ HAS HECHO ESO Y POR QUÉ REACCIONAS DE MANERA TAN CASUAL AL RESPECTO!

-Se supone que estamos fingiendo ser pareja, así que sería más creíble si nos besamos y esas cosas . Se supone que las parejas se besan cuando se despiden, ¿no?

-¿¡CÓMO QUIERES QUE LO SEPA!?

-Vamos, vamos, solo ha sido un pequeño besito, no pasa nada, a lo largo de tu vida te darás muchos.

-¡ESE ERA EL PRIMERO!

-Pues ya sabes que el primero te lo diste con un buen amigo como yo. Así no lo malgastas en alguien que luego no valiese la pena realmente. Bueno, yo voy entrando a mi casa, ya hablamos luego.

Levanté la mano para despedirlo y volví para mi casa, por el camino intenté asimilar lo que había pasado, aunque seguía sin encontrarle explicación alguna a todo lo que me estaba pasando con Nagisa últimamente.

-Todo esto se supone que no es nada más que un juego, ¿verdad?

Jugando con la pequeña mariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora