Mathías y sus hermanos ya habían tenido vacaciones aburridas, pero ninguna como estas. Sus padres solían llevarlos a muchos lugares: al zoológico, a acampar, a divertirse con los juegos mecánicos, a las jugueterías e incluso en las vacaciones pasadas viajaron a Marruecos. Ni Mathías ni sus tres hermanos sabían para qué habían ido, ni en que continente estaba situado, pero eso era lo de menos ¡Estaban viajando en avión! Ay... esas sí eran buenas vacaciones, no como estas, definitivamente las peores. Pero aunque ellos aún no lo sabían, estas vacaciones serían inolvidables... y un tanto catastróficas.
Una tarde de lunes los dos hermanos menores: Ángel y Jéssica -ambos mellizos y de siete años- arrancaban el césped del jardín con sus manos, para disipar el aburrimiento. Ángel suspiraba cada cinco minutos, recordando el viaje a Marruecos, él fue el más impresionado, sobre todo con la "Necrópolis de Chellah", quedó fascinado ¿En qué país está Marruecos? No importa ¡Viajamos en avión!¡Marruecos no está en un país, Marruecos es un país!, no importa ¡Viajamos en avión! Algún día volverán las vacaciones divertidas, algún día volverán los viajes en avión, algún día volveremos a Marruecos... Algún día volverá la felicidad a esta casa, algún día papi y mami volverán a decirse cosas bonitas y se amarán nuevamente ¡Ah! Pero nadie sabe algo del problema entre papi y mami, ni siquiera Jhon que ya tiene 8 años. El único que ha notado el problema es Mathías, él ya tiene 10 años, "Ya está grande" dicen sus tíos "Ya se da cuenta", "No discutan en frente de él"; "Ya no come bien, señito, para con la mirada perdida, medio tristón" Dice también María, la empleada. Papi y mami ya no se quieren, Mathías, pero no les digas nada a tus hermanitos.
Mientras suspiraba, por enésima vez, Ángel alcanzó a percibir un inusual olor a chocolate y seguidamente le preguntó a Jéssica, que estaba a unos 5 metros de él:
-¿Estas comiendo chocolate? porque huele muy rico.
- No, creí que tú estabas comiendo.
El olor se sentía cada vez más cerca y más delicioso, casi se podía saborear el aire. Entonces, la puerta que conecta el jardín con la sala de la casa se abrió, era Mathías, tal vez él estaba comiendo chocolate. Antes de que Ángel o Jéssica pudieran preguntarle algo sobre aquello, preguntó Mathías "¿Están comiendo chocolate?" Ángel y Jéssica negaron con la cabeza y se miraron ambos las caras. - ¿Entonces por qué es tan intenso el olor? - Preguntó Mathías- sobre todo aquí. - Tal vez Jhon está comiendo chocolate, escondido para no invitarnos- Respondió Jéssica levantando la voz, intentando ser oída por Jhon, en caso estuviera escondido por ahí. - No, él no está en casa, fue de compras con María - Refutó Mathías.
¿Por qué huele a chocolate el jardín? ¿Acaso alguien está comiéndolo? No, sólo están los tres en casa... ¿Cierto? ¡Rayos! "¿Y si un ratero de chocolates se ha metido al jardín?" preguntó asustada Jéssica, pero Mathías le respondió que era imposible, porque hay electricidad en esos alambres que están sobre las paredes ¿Los ves? Nadie puede entrar a casa si no es por la puerta, hermanita. Esa respuesta tranquilizó un poco a Jéssica, y también a Ángel, que le dio la razón a Jéssica en cuanto dijo lo del ladrón. Mathías es el hermano mayor, así que hay que creer lo que él dice, no como Jhon, ése siempre miente.
Dejaron de pensar por un instante en el chocolate, aunque todavía estaba en sus narices el aroma. Jéssica y Ángel reanudaron la labor de podar el césped con las manos, esta vez junto a Mathías, porque Jéssica no quería que se vaya. Ángel volvió a suspirar recordando Marruecos y el viaje en avión, que bonitos días, que lindas vacaciones, ¡Que hermoso es Marruecos! ¿Cómo les dicen a sus habitantes? No me acuerdo, no importa ¡Qué bonito es Marruecos! ¡Viajamos en avión! A Mathías también le gustó estar en Marruecos, sobre todo viajar en avión. Estaba feliz. No como ahora, nuevamente con la mirada perdida, arrancando el césped con amargura y tristeza, recordando que papi y mami ya no se quieren. Él los escuchó discutir en la cocina, una madrugada del mes pasado. Mami estaba llorando, le decía a papi que estaba harta, cansada, que ya no lo quería y él tenía la culpa ¿Por qué engañaste a mami?, ella te quiere... Ya no pienses en eso, Mathías, no estés triste.
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Mondesia: El trono de los deseos.
Ficção CientíficaExisten días buenos, días malos, días pésimos y días mondesianos. Mathías dejará los martirios y decepciones de su pequeño mundo, para descubrir los mismos de otro.Y Cuando, junto a sus hermanos, encuentren paranoia y dolor descubrirán lo que exist...