capítulo cinco

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Hace ya más de media hora mi madre y Judith estaban "conversando", yo me encontraba sentada en el suelo, justo a un lado de la puerta que daba a la habitación de la cual salí. Mi teléfono por alguna razón se apagó, lo que solo me dejó escuchar tres canciones. 

-I'm not sure if I should show you what i've found...-tarareaba una de mis favoritas canciones de Arctic Monkeys, moviendo mis pies. 

-¿También te gusta esa banda, Violet?-preguntó alguien a mi lado, haciendo que saltara debido al susto. Giré mi cabeza, encontrándome con Evan.-Para de asustarte, hace un rato estábamos hablando tranquilamente.

Suspiré pasando una mano por mi rubio cabello sin ganas, preguntándome si mi madre y Judith estarían ahí por más tiempo. 

-Es solo que no acostumbro a hacer amigos en menos de una hora, ya sabes.-comencé a mover mis pies, golpeándolos despacio mientras guardaba mi celular y audífonos en el bolsillo de mi chaqueta. Evan asintió, para luego cruzar sus piernas como indio y luego tirar descuidadamente su cabeza hacía atrás, hasta que chocó con la pared. 

-¿Tienes hermanos? -preguntó de repente, sorprendiéndome. Creí que la conversación ya había acabado y estaba dispuesta a entrar a la habitación con mi madre y ver de qué tanto hablan. 

Estaba teniendo una pequeña guerra en mi cabeza sobre mencionar a Madison como mi hermana, ya que a pesar de tener casi a misma edad, ella y yo jamás fuimos lo suficientemente cercanas como para poder llamarla lo que es. 

-Sí, una. Su nombre es Madison.-hablé por fin, secamente. Dándole a entender que claramente no quería hablar de ella. Lo miré, él estaba jugando con las mangas de su suéter verde moco. 

-Yo también, mi hermana es especial. La amo mucho...-hablo bajando la voz, para el final de la frase casi susurrando. Por alguna extraña razón a mi mente llegó la imagen de la chica que vi aquella vez en los columpios. 

Estaba por responder cuando siento unos tacones resonar cerca de la puerta, definitivamente era mi madre. O Judith que usaba tacones y yo no los pude ver. Estaba parándome cuando vi a Evan desaparecer una vez más por el pasillo, perdiéndose al final. 

-Violet, tenemos que hablar...-dijo mi madre, podía ver en sus ojos un poco de temor, además de sangre inyectada en estos.- Las tres.  


psicólogo.-evan petersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora