Una gorda buena.

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El sol me daba en la cara y yo peinaba el poco cabello que me quedaba.
Mientras tanto yo solo miraba a la nada y pensaba en todo...
Ya pasaron tres meses.Tres meses hace que no se acuerda de mí.
Maldigo aquel 27 de julio, día que puse punto final a nuestra relación. Maldigo el día y me maldigo a mí.

Adelgazé como nunca lo había hecho, prácticamente tomaba agua. Pero me sentía seca. No comía, y cuando lo hacía lo hacía con culpa.

Cuando era chica y después adolescente sufrí el tan famoso buylling. Me decían de todo porque era gordita. Me discriminaban, decían que yo no podía hacer tal cosa porque era una gorda. Nunca fui aceptada por mis compañeros. Yo solo era la nena de mamá y papá. La que hacía lo que se debía, nunca faltaba a clase, la chica inteligente.
Tal vez era envida, por eso me atacaban así.
Yo era inocente, buena. Una gorda buena...
Además fui rechazada por el chico que me gustaba, todo por parecer un cerdo.

Por eso estoy tan trastornada con mi peso.

En unos meses pasé de pesar 83 kilos a pesar apenas 56. Era un cadáver. Ojerosa, con los labios resecos, la piel súper escamosa, se me notaban las costillas, vivía con sed y comenzé a perder excesivamente el cabello. Todo esto sumado con el mal humor y el desgano imponente que te da la carencia de vitaminas.
Estaba undida en un pozo...

Diario de una chica con el corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora