Capítulo 3

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Eran las 16:24 cuando sonó el timbre, estaba sentada en el sofá hablando por watshapp con Marta (mi amiga de Valencia), dejé el móvil y fui a abrir la puerta, era Benjamin, venía a traerme los deberes -hola Ilyana, vengo a traerte los deberes ¿puedo pasar?- le dejé pasar y entregó un par de fichas -esto es todo, si tienes alguna duda puedes llamarme o, espera- sacó un boli y un papel y comenzó a escribir -mejor ven a mi casa, si tienes alguna duda esta es mi dirección- me dio el papel y se fue. Hice la ficha lo mas deprisa que pude, mi padre me había llamado para que fuera a ayudarle al restaurante.

Ya iba a mi casa cuando recordé la dirección que me había dado Benjamin, saqué el papel del bolsillo y fui hacia donde la dirección me indicó.  Llegué a su casa y llamé al timbre -¿si?- sonó por el telefonillo -soy... soy Ilyana- se abrió la puerta y pasé, me encontré con una habitación no muy grande, un par de muebles y unas escaleras por las que bajó Benjamin -hola preciosa, ¿algún problema con los ejercicios?- estaba muy nerviosa, pero no tanto como para no hablarle, no me relaciono con la gente por vergüenza, pero en cuanto me dan confianza me suelto ligeramente. -No, es que quería hacerte una visita- me sonrió tiernamente y me dijo -ven sube, te voy a enseñar mi casa-. Subimos y me enseñó todas sus habitaciones hasta que llegamos al salón -¿quieres tomar algo? tengo cerveza ¿quieres una?- le dije que si, fue a la cocina y volvió con una par de cervezas. estuvimos charlando y cuando me di cuenta eran las 23:00 -Benjamin, me tengo que ir, es muy tarde, mi padre se va a preocupar- me levanté y me dispuse a salir -espera, te acerco a casa. Pero me tengo que cambiar ¿me esperas?- me senté en el sofá, le sonreí y le dije -claro-. Al cavo de un rato regresó, iba muy guapo, con unos vaqueros, una camiseta blanca de manga corta y una americana negra -¿lista?- - si- dije saliendo de mi embobamiento, me tendió la mano, se la di y me llevó hasta el pasillo -espera, he olvidado mi móvil- volví al salón para recogerlo, al salir al pasillo no vi a Benjamin -¿Benjamin? ¿Dónde estás?- me sorprendió por detrás abrazándome suavemente por la cintura -aquí- me susurró al oído, sonreí casi sin darme cuenta -eres preciosa- dijo justo antes de besarme, me giré para poder besarle mejor, me cogió en brazos y me llevó a su habitación, me dejó caer suavemente sobre su cama, se quitó la chaqueta mientras seguía besándome, me quitó la camiseta y justo en ese momento sonó mi móvil, era mi padre -dime papa... si...veras, te lo iba a decir ahora... me voy a quedar a dormir en casa de una amiga... vale papa... hasta mañana- colgué y solté el móvil en la cama, poco a poco fue quitándome toda la ropa hasta que ambos estábamos completamente desnudos, se puso encima de mi y comenzó a besar mi cuello, muy suavemente, lo sentí dentro de mi, cada envestida me hacía gemir, ambos llegamos al éxtasis, se apartó de mi, podía oír su respiración agitada, se tumbó junto a mi, me acurruqué junto a él y me dormí, estaba agotada.


El peligro del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora