·Capitulo 2·

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Fui hacia el baso para verter el agua, pero el baso ya no estaba.

Hice un giro por toda la cocina pero no había ni rastro.

Me volví asustar, ¿y si son imaginaciones mías? ¿Y si el baso esta en la encimera y soy yo que no lo veo?

Oí un fuerte ruido de un baso rompiéndose detrás mio.

-Aaahhh - chille, una pequeña lagrima broto deslizándose por mi mejilla.

No me di cuenta de que el agua se avía caído al suelo hasta que note mis pies mojados.

Me gire poco a poco, pero esta vez con los ojos abiertos, pero... tampoco había nada.

Me agache poco a poco para coger los trozos del baso. Mientras cogía un trozo veía como mi mano se movía sin control. Necesitaba urgentemente una aspirina.

Cuando tuve en la mano casi todos los trozos me gire para coger la botella de agua que ahora estaba vacía.

En ese momento, al girarme vi esos ojos amarillos demasiado cerca de mí. Otra no por favor, pensé ya que si era un sueño esperaba despertarme pronto.

-Aaahh- volví a chillar, ese sonido ya era una costumbre en esta noche.

Note un fuerte dolor en mi mano derecha, ya que del miedo avía apretado los cristales contra mi mano.

La cosa de los ojos amarillos se empezó acercar hacia mí. Poco a poco sus patas estaban más cerca de mis piernas. Poco a poco fui tirando hacia atrás para que no me alcanzara. Note la fría pared en mi espalda.

-Mierda, no puedo tirar mas, este es mi fin- En mi cabeza no podía dejar de pensar eso.

En ese momento empecé a llorar, no quería morir, no quería ser devorada por esa gran cosa. Cerré los ojos fuertemente hasta notar un gran dolor en mi barriga.

En ese momento todo se me volvió blanco y fui perdiendo la conciencia.

Veía todo blanco, solo oía pequeños ruidos que eran como pitidos, era como estar entrence, era como si estuviese en la estación de King's cross cuando Harry Potter "muere" por el hechizo de Voldemort, en la ultima película, pero sin la estación y sin Harry Potter.

Poco a poco lo blanco se volvió negro y esos pitidos aumentaban en mi cabeza.

-Vee, por favor despierta- oí la voz de mi padre como un eco que rebotaba por mi cabeza una y otra vez.

Poco a poco mis parpados intentaban abrirse, poco a poco la luz del lugar entraba en mis pupilas dejándome ver esa sala blanca, que ya había visto muchas veces.

-Vee, estas bien- Dijo mi padre mientras me cogía la mano que estaba llena de tubos.

Su cara estaba más blanca de lo normal y parecía preocupado, sus ojos estaban rojos seguramente porque no durmió en todo el tiempo que estuvo aquí.

-Papa vuelve a casa y descansa, estoy bien- dije estirándome en el respaldo de la cama. –Hija como quieres que te deje sola si ayer casi te intentas suicidar- no me podía creer ninguna de esas palabras. Entonces mire mi brazo derecho que estaba vendado. – Te cortaste toda la mano y después- se paro en seco ya que una lágrima le caía por la mejilla. Yo solo seguía asimilando todo lo que pasó a noche, ya que todos los recuerdos los veía borroso.

– Después te clavaste un cuchillo en la barriga, casi mueres Vee- Ahora si, se me cayo la cara al saber todo lo que había hecho, en mi cabeza no entraba esa palabra, suicidio.

Puse mi mano en la barriga y sentí un pequeño dolor al mover mi mano por allí. Podía notar una fuerte venda que presionaba todo mi estomago.

Me puse a pensar en todo lo que hice ayer y de como acabe aquí, solo me acuerdo de que tuve un sueño y que después me volví a dormir. ¿Por qué hice eso? Era una gran pregunta.

-Papa, no fui yo, no me intente suicidar- dije muy convencida, no se como pero savia que no era yo. – Estoy bien, soy feliz- hice una sonrisita de esas que hacías cuando eras pequeño para que te comprasen algo, para que viese lo bien que me sentía.

-Eso pensaba cariño, yo de verdad lo siento- Acerco la silla de cuero aun mas cerca de la camilla, me cogió la mano que no tenia herida y me la apretó bien fuerte. –Lo siento, siento si he hecho algo mal, intento ser el mejor padre posible e intento que seas feliz- su voz se rompió en un hilo, sus palabras me llegaban a mi pequeño corazón haciendo que una lágrima saliese. –Papa, para por favor. No eres tu, ni siquiera se ni si soy yo- Me saque la lagrima para que no pensase que era mentira.

Me estire y mire la habitación. Era blanca como todas las habitaciones de un hospital. Era muy aburrida, aquí irían bien los cuadros de mama, ya que tenía tendencia a pintar el arco iris. Este sitio hacia que sintieses frio, me daba grima de lo limpio que era todo.

Esta habitación me recordaba a la de cuando era pequeña. Me acorde de todos esos momentos de cuando era pequeña y después del trabajo mi padre me venia a ver al hospital con cajas de donuts rellenos de mermelada de fresa, o cuando decorábamos la habitación con dibujos que hacíamos entre los dos. Esos eran buenos momentos.

-Cariño, voy al restaurante de abajo a comer algo en nada subiré,¿ de acuerdo?- Yo seguía en trance pensando en todo lo que me acababa de decir. –De acuerdo papa- dije con una pequeña sonrisa.

Cogió su chaqueta tejana que la tiene desde la antigüedad y se fue.

¿I yo que hacia ahora? No tenía nada. Lo que si sabia perfectamente era que no quería dormir, no quería que me pasase absolutamente nada.

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HIHIHIHI aka estoy yo, bueno solo queria deciros que gracias a la gente que esta leeiendo mi historia, espero que os guste y he hecho la misma historia pero en ingles por si alguien prefiere...

Bueno espero que os guste.

Vuelvo a deciros que perdon por si hay algun error.

lysm -M


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⏰ Última actualización: Sep 09, 2015 ⏰

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THE BLOOD IN MY VEINS IS MADE UP OF MISTAKESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora