Prólogo

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Kyle despertó en la sala blanca.
Solo recordaba que se llamaba Kyle G., algunas canciones, y las capacidades motrices usuales.
La sala tenía un clóset (que parecía lo único que no era suave), una cama, una habitación contigua con un inodoro, un estéreo, varios discos y una estantería repleta de libros.

Kyle se estaba fijando en su había alguna manera de escapar cuando vio la pared de ladrillos blancos que parecía interminable.

-¿Hola?- la voz femenina le sobresaltó.
-¿Quién eres?-preguntó
-Sam ¿tú?-le respondió la pared.
-Kyle. Mucho gusto, bella dama-y sonrió.

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