Insaciables

te quiero

Y así fueron pasando los días, Suzanne y Dan no eran nada y lo eran todo. Dan era un chico que no creía demasiado en el amor, sólo se enamoró una vez aún así, no estaba seguro del todo. Suzanne era soñadora, para ella una vida sin amor, era una vida vacía. Tan distintos y con algo tan común. Suzanne se sentía poderosa cada vez que Dan hambriento de su cuerpo se ponía nada más verla, las visitas al bosque con el coche se volvieron diarias, las oportunidades de quedarse solos en casa, eran oportunidades muy bien aprovechadas. Lo hacían 1, 2, 3 veces en un día, Dan era insaciable y cada vez lo era más, el sexo, para él, era muy importante. Suzanne se volvió insaciable, pero de Dan. Entre polvo y polvo, penetración o jugueteo, Suzanne dejaba caer lo muchísimo que Dan le gustaba. Una noche, como otra cualquiera, después de haber follado en el coche, y aún con las ventanas empañadas, Suzanne se armó de valor.
- Sabes, a veces me entran unas ganas locas de decirte " te quiero "
- Y porque no lo haces? -Dijo Dan divertido.
-Tengo miedo... - Su voz se apagó un segundo - Tengo miedo a que no sientas lo mismo, o pienses que voy demasiado rápido y te asustes.
-Suzanne - dijo Dan callandola divertido - El día que me digas te quiero, te responderé que gracias.
- Muy bonito - dijo ella haciéndose la ofendida.
- Venga, dímelo - Dijo Dan con una sonrisa de oreja a oreja.
- No! - dijo Suzanne creando un silencio de unos 3 minutos pero que se volvió eterno - Te quiero! - Gritó!
- Yo también te quiero.