.

2.9K 240 1
                                    

Una hora después, viene una criada a darme el vestido, hace que Peter se vaya y me ayuda a vestirme con todas sus capas.

- No, estoy embarazada- digo mirando el corsé.

La mujer coge otro, que sólo cubre el pecho y me lo pone, no muy ajustado. Luego un cancán y por fin el vestido, que es azul, con los bordados plateados.

Salgo a ver a Peter, que me mira sonriente. Me da la mano y caminamos hasta la puerta de palacio, donde le dejó para que este sólo con ellos.

- Buena suerte- le sonrio.

Voy con mi familia, que se ha puesto elegante como yo, todos vestidos de azul. Anna lleva el mismo vestido que yo, sólo que más pequeño.

-¿ Que tal el primer mes de embarazo?- pregunta mama acercándose a mi.

- Supongo que bien- contesto, apoyandome en la mesa.

Espero, nerviosa, a los padres de Peter. Les he visto muchas veces, su madre es muy amiga de la mia.

Una mujer entra, detrás suya, esta el rey Augusto, su mujer Sabrina, su hija mayor Rachel y su hija menor Donna.

Rachel me abraza, supongo que nos hicimos amigas en algun momento que yo recuerdo.

Donna y Anna eran muy amigas de pequeñas, se adoraban entre si. Se miran incómodas, hace cinco años que no se veían.

- Para haber estado un año encerrados sigues estando igual- ríe mi padre al estrecharle la mano a Augusto.

Miro a Peter, que no tiene ningún rastro de haber llorado. Se que es fuerte, pero a veces hay que mostrar nuestros sentimientos.

- Sin duda esos chamuscados nos han tratado muy bien- explica Rachel-. Aunque nos tuviesen encerrados en una torre, en el culo del mundo.

La observo, es igual que Peter sólo que con el pelo más claro, los ojos más oscuros y la piel más clara por no haber estado en el exterior. Donna es la viva imagen de Rachel, pero ninguna de las dos se parece a su madre.

Imagino que no saben nada de lo de mi embarazo y todo eso, dado a que están a otras cosas.

Veo a mi hermano hablando con Rachel, que se pega cada vez más a el. Creo que debería decirle que James esta con otra persona. Pero eso no es asunto mío.

Siento a alguien a mi lado y me giro, Peter me sonríe, pero no hace ningún amago de tocarme.

- ¿Vas a decírselo?- pregunto.

- Creo que debería decírselo más tarde.

-¿ Cuando se note más?- arqueo las cejas.

- Puede... Bueno, primero pasaré un rato con ellos.






La dama de los elementosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora