Todas excepto un Hada de pelo plateado, piel pálida y ojos azules hermosos que envidia de pena en el mundo de los fríos eternos
Ella, sentada en el borde de las simas de las piedras, sentía que se había apoderado de su pecho el hueco de la desilusión. Su aliento se volvió helado, sus manos inertes reposaban en sus muslos, en el fondo de su mente pensaba el convencimiento que su tiempo era una inmensa bola de vacíos; pensaba con su mirada alcanzar las montañas azules.♡