capítulo nueve

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Estoy febril,creó que es el tercer día de este encierro involuntario,lo sé por mí reloj, pero no estoy segura de nada ya.
Me he quedado sin tabaco que es lo único que me serenaba y me relajaba un poco entre tanta tensión. No puedo dormir.Los cuadros se mueven y oigo susurros,pero no sé si es verdad o es mi imaginación.
No quiero pensar ni en mi marido ni en mis hijos,porque siento un dolor lacerante les quiero demasiado para pensar por lo que estarán pasando, y sí, me están fallando las fuerzas y creó que ya no puedo hacer nada para salir de aquí.Tengo los dedos ensangrentados de intentar abrir la puerta y encima me dejé la medicación en casa, creó que me voy a desmayar.....

La Casa MalditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora