capitulo ocho

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Empezé a correr los muebles y a tirar cosas al suelo y dar golpes como una posesa,haber si así llamaban a la policía,pero era todo inútil, la maldita casa debía estar insonorizada, porque no se oía más que un alfiler cuando cae al suelo.
Me voy a fumar el penúltimo cigarro que me queda, pero ahora lo voy a saborear,tranquilamente,como si todo fuera bien y no pasará nada.
Lo mismo no pasa nada y está todo en mi cabeza
Voy a beber agua a la cocina, tengo mucha sed,no,no hay agua ,de momento no me he vuelto loca,ni estoy soñando,¡ estoy atrapada!

La Casa MalditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora