Mutsvee, Estonia 1897
-¿Y que se supone que hagamos ahora?-Preguntó el chico con la respiración agitada tras la gran caminata que había realizado.
-Lo de siempre- respondió su hermano- seguir adelante, la única diferencia es que ahora estamos solos.
El olor a sangre seguía impregnado en la memoria de ambos chicos. Sería una noche difícil de olvidar y los condenaría por el resto de sus vidas.