Parte 1 - Una madrugada apresurada.

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Aquella mañana salí temprano a la universidad. Mamá debía ir en su horario más madrugador a trabajar. Eran aproximadamente las 4 y 30 am cuando salimos del departamento


-Hiromi!, apúrate! Se hace tarde!- alzó la voz mamá


-Mamá! , son las 4 y 20 minutos! Es muy temprano para mí!, mis clases son a las 8 am! Ni siquiera hay luz!- me quejé intentando ponerme unos jeans.


-AH!?, entonces irás sola!...- gritó. Inmediatamente hice un repaso mental de lo que implicaba ir sola, llegar en taxi a la estación de metro, por cortesía rellenar los formularios apoyando la construcción de la otra mitad del metro con dirección a la parte este de la ciudad, además de responder a las preguntas sobre el tipo de atención que hay en el vagón que comúnmente viajamos ... ver desde la ventana a varios trabajadores con rostros trasnochados y -como especulan en la universidad- sentirme extrañamente ansiosa con la idea de que son sicarios a sueldo. 


- Okay mamá, no te enojes!, ya voy!... ya voy!...- mascullé indignada y en ruego, si esos vaqueros no me entraban pues no había de otra: nuevamente a usar el buzo violeta de líneas blancas. Cepillé mi cabello una vez y metí la peineta a la mochila, me puse directamente las zapatillas sin respetar los pasadores (nunca lo hago), cargué con la mochila y cerré la puerta rápidamente.


-Apresúrate! No tengo todo el día!!!, vas a venir?...- Seguía amenazando mamá, y tenía razón, me había tomado unos 30 min estar lista, bueno, 15 minutos, los otros 15 los pasé sobre mi cama pensando en la inmortalidad de los recuerdos... porque estos no mueren o tienen fecha de caducidad?, vale, no estoy negando la existencia del Alzheimer... pero en fin... no debería ser voluntario y decir , muere-recuerdo de tal o cual cosa y como en una computadora "deletearlo" sin que te afecte otros recuerdos?...bien, es solo una curiosidad, nada más.


-Si!!!, ya estoy bajando...- dije quejosa, haciendo sonar mis pasos mientras parecía trotar sobre cada escalón sobre la escalera. A veces, me parecía inconveniente que fueran escaleras, preferiría un tobogán y bajar con solo deslizarme (me gustaría), pero no, no hacen los departamentos dúplex así.


Pronto, divisé a mamá parada en la puerta, con su típico maletín, y su uniforme.


- Tomate el yogurt- dijo ahora tranquilizada- pero deberás tomar un desayuno completo allá, vale?- dijo con un aire muy opuesto al de hace unos minutos.


- Si mamá- dije tranquila y cogiendo mi vaso de yogurt, higo!, delicioso, pensé.


- Te espero abajo, cierra bien la puerta!, no olvides tus llaves que hoy llegaré tarde.


- Bien...- murmuré aun tomando el yogurt. En unos instantes estaba en el primer piso del edificio, mamá ya estaba dentro del taxi.


Al llegar cerca de la estación de metro, el auto dio un giro por la zona de construcción aún oscura, vi a los trabajadores que recién llegaban, se me erizó al piel de tan solo recordar el asesinato que ocurrió la semana pasada por aquel lugar, cerré los ojos, suspiré en busca de tranquilidad.


-Son 10 dólares- dijo en vos monótona el taxista. Mamá pagó y bajamos.


- Demonios!, Hiromi, debo tomar ese metro inmediatamente- se lamentó.


- Ah- vocalicé, y sospeché lo que eso implicaba- Mamá, está bien, no hay problema, yo puedo ir sola- Mire con susto hacia la zona en construcción y comprimí mi temor- enserio, ya estoy grandecita, en cualquier momento saldrá el sol y hay suficiente iluminación aquí- hablaba rápido- me quedaré en la estación de metro, llenaré esas encuestas raras, hasta que sean las 7 am y cruzaré el puente - mamá sonrió, pero luego su mirada preocupada volvió.


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NightmareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora