Destiny

Amar.

Destiny,

Sé que puede ser algo extraño que yo, Amar, te esté escribiendo esto.

El caso es que quería explicartelo todo.

Yo, Edward y su hermano, perteneciamos a una cooperación que se encargaba de personas con problemas mentales.

No quiero decir que estuvieras loca.

Me refiero a que tu mente no estaba del todo... bien.

Habías perdido la memoria, y si querías recuperarla... bueno, era algo imposible. Si te entregabamos a nuestros mayores, te hubieran sacrificado, porque ya no tenías solución.

Sin embargo, aquel día en el que te encontré, vi algo en tus ojos que no lo tenía nadie.

Quizás haya sido el resplendor de las emociones de una chica completamente perdida, pero la verdad es que me gustó lo que vi en tí. Y no podía dejar que mueras.

Así que por eso te llevé con Edward.

Por lo que leí de tu diario, siempre pensaste que era un amargado.

Era científico.

Y sabía cuanto estaba arriesgando al hacerte los estudios.

En fin, el mantenerte con nosotros era algo... ilegal, Des.

Y nos descubrieron.

Lo siento, sólo lo hice por tí. No quería que esto terminara así, te lo juro.

Sé que moriré, pero por lo menos me permitieron poder escribirte esto.

Tengo la firme sospecha, Destiny, de que no seguirás con tu vida si no te lo digo yo. No quiero que caigas en la depresión, Des. No lo hagas. Sal a fiestas, consigue amigas, continua la vida, porque aún no es tared para tí.

Ahora lo recuerdas, y ya no hay problemas.

Pero tienes que continuar. Por favor, Des, hazlo por mí.

Te quiero.

Amar.