Querida Dara.

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Raven sonríe mientras ve a la gente caminar por el parque, con esa clase de sonrisa que solo puedes formar cuando eres extremadamente feliz, cuando posees todo lo que alguna vez soñaste tener y eso me hace sonreír a mí, porque en definitiva yo me siento feliz de haberlo encontrado, de estar aquí contemplándolo y de compartir con él. Me siento dichosa de haberme encontrado a mí, y de poder por fin compartirme con alguien más, sin secretos y sin heridas, libre. Y aunque sé que no todo será como un cuento de hadas entre nosotros (tampoco es que haya querido eso en un principio), siento en mi corazón que todo lo que vivamos juntos (lo que estamos viviendo) nos llevara en la dirección correcta.

Raven ha sido un ancla en medio de toda esta tormenta para mí y sé que lo seguirá siendo aun cuando todo esté en calma, se que él me acompañara y estoy agradecida de que él me deje acompañarlo también.

Sonrió más amplio con muchas más ganas y él me observa derritiéndome (el tiene ese tipo de mirada que logra quitarte el aliento) y aunque la sonrisa no se borra de mi rostro mis ojos se vuelven llorosos, y tiemblo.

Gracias-susurro y sin que le explique que le agradezco, él me sonríe de vuelta, grande y radiante con sus ojos brillando, ya él lo sabe y todo está mejor que nunca, mejor que nada.