Somos dos, somos uno

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Y ahí estaba ella, sentada a horcajadas sobre mi, susurrando dulce y lentamente un " Te amo" que me hinunda, me llena, mientras nos dejabamos llevar.

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Nuestra ropa esta por el suelo, nuestros cuerpos empapados por el sudor que nos ha provocado el placer, nuestras respiraciones aceleradas y lo unico a lo que huele el ambiente es a sexo y lujuria.

La imagen de nuestros cuerpos desnudos en aquel sofa era lo unico que nos importaba, no habia nada mas, solo nosotros, somos dos, somos uno.

Con un hilo de voz temblorosa y fragil, consigue salir del extasis para pronunciar dos palabras que hacen que mi vello se erice y un escalofrio recorra mi espina dorsal:

- ¿Me amas? - pregunta inocentemente.

Pasan unos segundos hasta que consigo asimilar esas palabras y sin pensarlo, le respondo:

- Te quiero mas que ha nada, nena. - le digo con la voz ronca y cansada despues de haberla follado con toda la fuerza que habia en mi.

Ya sabia que esa no era la respuesta que ella queria escuchar, pero me dedica una de esas sonrisas que me hacen feliz, sabe que no puedo darle mas, sabe que nunca podre darle mas.

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- ¿Donde has estado?

+ En casa de una amiga mamá.

- Ya has estado en casa de otra guarra de esas a las que llamas "amigas", seguro que si, tu solo piensas en hacer guarrerias pero eso de retomar tus estudios, ni pasa por tu mente.

+ Mamá, estoy cansado, voy a darme una ducha y a acostarme, dejame tranquilo, no voy a volver a estudiar, ya hablaremos de esto mañana.

- No Sergio, no, no hablaremos mas de esto, o estudias o trabajas, si no, no voy a seguir manteniendote toda la vida, olvidate.

Llego a mi cuarto y cierro la puerta dejandola con las palabras en la boca, ¡esta mujer me tiene histérico!.

Cojo mi ropa interior y unos pantalones de chandal, algo me dice que esta noche será movidita.

Voy hacia el aseo, abro el agua caliente y pongo el altavoz con musica rap para cambiar de ambiente, bueno, mas bien para relajarlo.

El agua caliente cae sobre mi espalda, dejando pequeñas gotas sobre mi piel, hoy ha sido un buen dia, llevos desde las 4 de la tarde en casa de Jess y no he parado de follar hasta hace menos de una hora y son las 10 de la noche, "es todo un record, campeón", me digo a mi mismo mientras aclaro el jabón de mi piel.

Deslizo la toalla por mi cuerpo, secando primero mi pecho y mis brazos, seguido de mi cabeza y mis piernas, sin no dejar atras mi amiguito, me duele un poco y esta rojo, el roce de la toalla me dice que no deberia estar tantas horas follando como un loco sin usar protección, pero claro, ella toma pastillas anticonceptivas y esta completamente sana, asique no me hace falta, estoy acostumbrado a practicar mucho sexo durante mucho tiempo o incluso varias veces al dia, pero esta vez ha sido demasiado intenso.

Cuando salgo del baño, todo esta en silencio, solo se escucha el zumbido del televisor encendido y al nuevo novio de mi madre roncar, de veras que odio a ese tipo, la trata mal he incluso le hace llorar muchas veces insultandola, ya he tenido varios encontronazos con el y la verdad, no han salido muy bien...
Para el.

Bajo y encuentro a mi madre sentada, mirandome con seriedad y desprecio, a veces pienso que es increible que una madre pueda llegar a tratar asi a su hijo, pero yo se que en el fondo solo quiere lo mejor para mi asique ignoro esa mirada y me siento a cenar, solo, como siempre.

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Son las dos de la mañana.

Me despierto entre gritos y golpes provenientes del salon de mi casa y tienen que ser fuertes ya que mi habitacion esta en la planta de arriba.

Bajo con sigilo y cuanto mas me acerco, entre todo el jaleo, puedo apreciar los gritos y sollozos de mi madre diciendo: ¡Eres un hijo de puta, jamas vuelvas a insultarme y mucho menos a tocarme!.

Seguidamente escucho un golpe seco contra la pared y un grito ahogado de mi madre pidiendo auxilio.

Corriendo escaleras abajo, llego a la puerta del salon y abro la puerta de una patada irrumpiendo con un: ¡QUE COJONES PASA AQUI!.

Nunca olvidare esa imagen, el la estaba sujetando del cuello con el brazo levantado y la mano cerrada en un puño, dispuesto a pegar a mi madre, dispuesto a golpear a la mujer que me dio la vida.

Mi corazon bombeaba demasiado rapido, me pitaban los oidos y mi cara cojio un color rojizo al mismo tiempo en el que cada vena de mi cuerpo comenzaba a hincharse, el la solto mirandose las manos y pidiendo perdon, pero no fue suficiente.

+ Ahora vas a pegarme a mi, hijo de puta, o almenos lo vas a intentar, asique ven aqui y se un hombre, pedazo de mierda.

Tenia razon, vino a pegarme, lastima que acabara en la camilla de una ambulancia con mi madre, quien se marchó con el, dejandome solo, preferia estar con el y gritarle a quien a ha evitado que le pegase una paliza que estaba loco, sabia que esta noche iba a ser movidita asique cogi la mochila en la que llevaba algo de ropa, una libreta y una lapiz y me fui de casa, buscando un lugar donde pasar la noche y descansar.

Va a ser una noche larga.

Pídeme masDonde viven las historias. Descúbrelo ahora