"El amor no siempre es lo que parece"

capitulo 1

Kassandra
RING. RING. RING.

Está sonando el despertador, eso quiere decir que me tengo que levantar ya o llegaré tarde, ¡qué importa! Dormiré cinco minutos más.
-¡Kassandra, hazme el favor y te levantas ya! -Entró mi querida madre a la habitación, como de costumbre, gritando.- Se te va a hacer tarde.
-Mamá, no hay necesidad de gritar, ya voy. -Le contesté a mi madre con el tono más suave que pude utilizar.
Terminé de levantarme y fui al baño a asearme,me arregle lo más rápido que pude ya que iba realmente tarde al primer día de clases, gracias a Dios el colegio sólo me quedaba a unas calles de mi nueva casa.
Salí a la cocina a buscar mi desayuno y no encuentro a nadie, sólo una nota en el mesón de la cocina, era de mi mamá que decía "Kass, fuí al supermercado a comprar algo, ayer con la mudanza no me dio tiempo. Te quiero y suerte." Amo a mi madre con toda mi alma, pero en éstos momentos de verdad que me hace perder la cabeza. Ahora tendría que ir sola al colegio. Mejor salgo ya o llegaré más tarde que de costumbre.
Salgo de mi casa y empiezo a caminar hasta el instituto, en el camino sólo voy pensando en cómo serán en ese colegio, seguro que me trataran mal por ser la nueva. ¿O será diferente? Ojalá Dios quiera y no sean unos prepotentes y engreídos niños de... ¡AUCH! Mis pensamientos son interrumpidos cuando alguien choca de frente conmigo y hace que me caiga de rodillas.
-¿Tú no te fijas por dónde caminas o qué?So estúpido. -Le digo levantándome sola porque el muy maldito ni siquiera me ayudó a levantarme.
-Aquí la torpe eres tú, niña. Que vas en las nubes y no te fijas por dónde pisas. -Dice él dirigiendo su mirada al piso y ahí es cuando me doy cuenta que me tropecé fue con su bolso. Lo miro de pies a cabeza detallandolo con rapidez, sin ser muy obvia, iba vestido con unos shorts deportivos, una sudadera nike azul, típico riquillo, y una gorra hacia atrás. Bastante atractivo, sería una grosería negarlo,

-Juan Luis -Me extendió la mano en forma de saludo. -Fue un placer conocer a la torpeza en persona. -Dijo con una sonrisa ladina que derretiría a cualquiera, pero conmigo no tenía ese efecto.
Me di la vuelta y salí de ahí sin decir una palabra, ya era bastante tarde como para seguir perdiendo el tiempo y más con el típico chico que cree saberselas todas.
-Además de torpe, sangrona. -Escuché que dijo detrás de mí.
-Imbécil, -Le respondí sin siquiera voltearme,