el era mayor, al menos mas que yo
era un hombre hermoso el cual me amaba con cada fibra de su corazón lleno de cocaína, yo era la luz de su vida, el fuego de sus entrañas
a el le gustaba verme, le gustaba mi aspecto aniñado y mis vestidos de flores, le gustaba el hecho de que yo era un desastre, un huracán
le encantaba el hecho de que los dos nos podíamos hacer sentir vivos uno al otro
porque, querida, teníamos el corazón roto.