Harry Potter One Shots: 19 años después.

Chica Ravenclaw (James Sirius Potter)

Nota: (T/N): Tu nombre. (T/C/P): Tu color de pelo.

James P.O.V.

Eran los minutos finales del partido y empatábamos contra las águilas. Los leones necesitábamos un milagro para poder ganar. O una snitch, y dado que esta no aparecía miré hacia las gradas de Ravenclaw, los cuales se encontraban tan desesperados por divisar la minúscula bola dorada como nosotros. Me fijé especialmente en una cabellera (T/C/P) que me tenía cautivado desde hace bastante tiempo. Era (T/N), la chica Ravenclaw que me traía de cabeza. ¿El problema? Ella me odia. Cree que soy un mujeriego engreído al que le gusta saltarse el máximo de normas posibles y que cree que todas las chicas están a sus pies. ¿Se equivoca? La verdad es que no.

En ese mismo instante, la snitch zumba rápidamente delante de mis ojos y de los de Noah Fletcher, el buscador de Ravenclaw, como si se estuviera burlando de nosotros. Ambos nos precipitamos a por ella en una desesperada carrera que sobrevuela las gradas del estadio de quidditch. La carrera está muy igualada, pero pienso ganar. No por nada me llaman en mejor buscador de Hogwarts. Hago un viraje inesperado hacia la erecha y Noah me mira extrañado. Veo por el rabillo del ojo como ha perdido de vista la snitch y gira en mi dirección, pensando en que soy yo quien la está siguiendo. Entonces rápidamente vuelvo a girar alargando mi mano derecha. Cada vez estoy más cerca. Siento los gritos de los otros estudiantes en las gradas. Y de repente... la tengo en mi mano.

- ¡Y, como no, Potter atrapa snitch proclamando a Gryffindor campeón! - El rugido de los leones me estalla en los oídos mientras me reúno con mi equipo a celebrarlo en el césped, todos con una sonrisa en la cara. Mientras corean mi nombre y el de nuestro equipo, veo como las gradas se vacían poco a poco, y a la casa de Ravenclaw con un aire especialmente taciturno. Vuelvo a divisar su cabellera mientras veo como se marcha, pero estoy demasiado feliz como para percatarme del todo.

***

Acababa de terminar de cenar en el Gran Comedor y Fred II, Hugo y yo volvíamos a nuestra sala común cuando volví a ver a (T/N) en uno de los pasillos contiguos, camino de su habitación.

- ¡Eh, chicos! Adelantaos, ahora voy yo. - Les dije para luego doblar la esquina y seguir a (T/N). Me coloqué a su lado y caminé junto a ella un par de pasos hasta que habló.

- ¿Qué quieres, Potter?

- Nada, sólo contemplarte un poco más de cerca, chica Ravenclaw.

- ¿Eso es todo? - Asentí. - Genial, ahora déjame tranquila.

- ¿Me has visto jugar hoy? - Pregunté mientras una sonrisa burlona asomaba en mi rostro.

- Ahá. - Se limitó a decir acelerando la marcha.

- Claro que me has visto jugar, si soy el mejor de todo Hogwarts. - Solté una risa.

- Si tú lo dices... Pero mira Potter, no tengo tiempo para esto.

- ¿Contenta con el resultado del partido? - Dije ignorándola y ella simplemente bufó.

-De verdad que me pones de los nervios Potter. - Y dicho esto se metió en la entrada de la sala común de Ravenclaw dejándome solo en la inmensidad de aquel solitario pasillo.

***

Narrador P.O.V.:

Varios años después.

James y (T/N) habían terminado sus estudios en Hogwarts hacía ya un año. James se encontraba divagando por el callejón Diagón, sumido en sus pensamientos y con las manos metidas en los bolsillos de sus vaqueros. Se preguntaba qué podía hacer ahora con su vida. ¿Quería ser auror como su padre? ¿Quería dedicarse profesionalmente al quidditch? No lo sabía.

Lo que sí sabía era que no la había vuelto a ver desde que ambos se marcharon de Hogwarts. No había vuelto a hablar con ella ni a oír su voz. No la tenía cerca para molestarla y ver como se enfadaba con él. Y eso le volvía loco. Quería estar con ella. Pensó que en ese momento daría lo que fuera por volverla a ver una última vez. Y como si fuera una jugada del destino, la vio entrando a una de las librerías del callejón. ¿Era verdaderamente ella? Sí, tenía que ser ella. La reconocería en cualquier parte. Además, esa melena (T/C/P) no es fácil de olvidar. "Esta es mi oportunidad", pensó, y acto seguido entró al establecimiento.

La estuvo viendo hojear libros un rato, hasta que reunió el coraje para acercarse a ella y hablarle. "¿Qué me pasa con esta chica?" Pensó mientras se acercaba. "Nunca antes me había pasado nada igual...". Estaba ya a un par de palmos de ella, incluso podía oler su perfume. Le tocó el hombro suavemente.

-Hola chica Ravenclaw. - Le mostró su mejor sonrisa. (T/N) levantó la mirada del libro un momento y se giró hacia James. Parecía sorprendida de verlo allí.

-Hola Potter.

-¿Qué tal has estado? - No se le ocurrió nada más que eso.

-Bien. ¿Y tú? - Dijo volviendo al libro.

-Bien. - (T/N) se giró para irse en ese momento, pero cuando James lo vio venir, la agarró de la muñeca -. No, es mentira, no he estado bien. - La chica lo contempló no sabiendo muy bien lo que decir o hacer. Pero no le dio tiempo a reaccionar, pues James prosiguió -. ¿Quieres saber por qué? No he podido dejar de pensar en ti.

-James... - (T/N) hizo ademán de soltarse del agarre del chico, pero lo único que consiguió fue que la agarrara con más firmeza, aunque sin llegar a hacerle daño.

- (T/N) te quiero, y de verdad sé que he sido un imbécil todos estos años, y lo siento. Lo último que querría sería que me odiases. Por favor perdóname.

- Potter, yo...

- No digas nada, sólo dime si me perdonas. - De repente la chica pareció relajarse, su mirada se volvió cálida, y no fría como siempre lo fue con James. Asintió.

- Estoy de acuerdo en que estos años has sido un idiota egocéntrico, pero sí, te perdono, James.

"James". Pensó el chico. "Qué bien suena en su boca". Salieron de la tienda de libros que olía a polvo y a antiguo y pasearon un rato por el callejón en silencio.

- Eso que has dicho antes... Lo de que me quieres... - (T/N) rompió aquel silencio sepulcral -. ¿Es cierto?

-Tan cierto como que soy el mejor buscador de la historia de Hogwarts-. Le guiñó un ojo burlonamente; y en ese momento, cogió a la chica por la cintura, la acercó a él y la besó.