Mal despertar

20 1 1
                                    

Se levantó en mitad de la hierba, estaba a tan solo unos instantes de desaparecer el último rayo de luz, el viento mecía la hierba como si de un baile cortes se tratara.

Cerro la mano, en su puño tierra, palpitante, viva, fresca la soltaba lentamente mientras empezaba a recomponerse ¿Que había ocurrido? ¿Que había hecho durante todas esas horas que habían acontecido desde la media tarde hasta esta recién nacida noche? apoyo su mano en su rodilla utilizando esta como impulso para levantarse finalmente. Dio un rápido vistazo a su alrededor, oscuridad, viento, bosque y nada más.

Llevo su mano a su fajín ahora raído y sucio, ahí estaba , no la había perdido todavía llevaba atada a su cintura ese mandoble que ya hacía tiempo le acompañaba allá donde iba. La espada ya estaba envejecida por el paso del tiempo, era algo que a él no le importaba lo mas mínimo, mientras ella siguiera con él tenía la extraña sensación de que nada podía ocurrirle. Debía apurarse, buscar un lugar seguro fuera de ese bosque, no era nada fuera de lo normal, pero algo le decía que no podía estar allí.

Fue en ese momento al dar el primer paso cuando se percató de la sangre que corría por su muslo traspasando su ropa tiñéndola de un rojo oscuro, agujereando esta había una flecha. Escupió y maldijo mientras rompió parte de esta, sabía que no podría llegar muy lejos en ese estado y tras el paso de las horas había perdido bastante sangre, no tuvo más remedio, desenvaino su mandoble y tuvo que hacer jirones parte de su capa negra ceniza rodeando y apretando fuerte alrededor de su pierna.

Comenzó a caminar a paso lento y uniforme dejando a su paso un rastro de hierba rojiza que continuaba en un baile, un baile cortes al que la sangre ahora también se había unido.

No había pasado mucho tiempo tras comenzar su travesía cuando empezó a notar que no hacía más que perder y perder sangre la cual hacia que empezase a tener alucinaciones , <<esto no puede ser solo por pérdida de sangre...>> se dijo para sí , <<envenenada>>, esa era la respuesta a lo que le ocurría, no era en absoluto buenas noticias, el tiempo corría en su contra pues sabía que si estaba envenenada no tendría mas de 6 horas de vida si no utilizaba medicina pero...¿Cuánto tiempo había transcurrido desde que le alcanzo a su muslo? No hacía más que causarle una incertidumbre que le estaba matando tanto física como mentalmente, tenía que tranquilizarse sabía que podía lograrlo no podía estar lejos de la ciudad. Había conseguido salir de ese prado de hierba y adentrarse en el bosque, un bosque con unos árboles tan espesos que apenas dejaban traspasar la luz de la noche, tan solo gracias a la brisa que los movía conseguía hacer luz en ese oscuro sendero en el caminaba.

Las alucinaciones se hacían cada vez más frecuentes cambiando troncos de árbol por enemigos a batir sonido de agua salpicando por cañones de armas de fuego y el jugueteo del viento en la copa de los arboles por el de flechas en movimiento.

Seguía caminando por ese serpenteante camino pedregoso el cual paso tras paso iba pasando de ser su salvación a su camino al infierno, tras esos minutos que habían transcurrido desde que dejo el claro de hierba sus alucinaciones habían aumentado, había desenvainado su mandoble arrastrando la punta por el suelo gastando todas sus fuerzas en caminar. Una corriente fría de viento le traspaso el cuerpo entero moviendo su pelo y su capa, allá mas adelante en el camino apareció una figura que caminaba firme y lentamente hacia él. Sus ojos cansados no podían apartar la vista de quien se cernía sobre él, no tenía fuerzas suficientes como para esconderse más sabia que si no lo hacía tal vez no podría escapar de allí.

Corrió mientras cojeaba introduciéndose en la espesura del bosque siguiendo por instinto el caer del agua que le acompañaba como flechas desde hacía rato. En su camino hacia el desenlace del agua cayo en diversas ocasiones llenándose de barro. El rio, no recordaba que ese bosque tenía un rio, Najim, si, ese era su nombre, aguas espumosas y embravecidas y corrían como las venas del bosque. Cayó de rodillas para beber y limpiarse la cara. Tras un momento de abstracción de la actual situación pensó <<¿Qué he hecho yo para ocurrirme esto? No tengo ni siquiera con que defenderme salvo esto>> miro fijamente su antiguo mandoble <<No sirvo para nada, jamás serví>> suspiro y se levantó de nuevo lentamente: << esa persona que vi tuvo que ser otra de las alucinaciones, al menos a servido para encontrar el rio y el me llevara a la salida>> mientras volvía a comprobar que llevaba la espada en su cintura noto el peso de una mano en su hombro era esa figura, esa supuesta alucinación que ya había pasado se había convertido en realidad en un anciano de media melena gris y barba que le apretaba cada vez más el hombro.<< he tardado años en dar contigo>>el herido empezó a girar lentamente mientras escuchaba las palabras del anciano <<pero todo esfuerzo...>> durante un segundo se hizo el silencio tan solo se oía el viento y antes de dar media vuelta para comprobar la cara de esa anciana figura su cuerpo fue pasto de la tormenta de flechas que asolaron todo su cuerpo desde todas direcciones.

Empezó a tambalearse y caer hacia el rio mientras que el anciano agarraba su guarda rompiendo en la caída del cuerpo la cinta del fajín quedándose con el mandoble en la mano <<tiene su recompensa>>. Su nombre era venganza.

ure�dV0t��


venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora