Como hablar con los muertos.

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¿Extrañas mucho a alguien que ya no está entre nosotros? ¿Me creerías  si te digo que hay una forma de volver a hablar con esa persona? ¿Qué  estás dispuesto a hacer para volver a ver a un ser querido? Quizá debas  meditar un poco esta última pregunta, porque puede ser la última que te  plantees. 

Existe una barrera que separa el mundo de los vivos y el mundo de  los muertos, pero eso no significa que no pueda romperse o debilitarse.  Eso es lo que voy a enseñarte a hacer. Esta barrera se hace más delgada  a las 3.00 a.m. , por lo que el ritual debe practicarse a esta hora.

Es importante que nunca lo hagas en fechas de celebraciones a los  muertos (La noche de Walpurguis, Halloween), ya que la barrera es  demasiado delgada en esas fechas, y corremos el riesgo de traer a  personas -y no tan personas- indeseadas.

Elige con cuidado la persona con la que deseas hablar, ya que  solo tendrás una oportunidad de hacerlo. A la gente del otro lado no le  gusta que nos entrometamos en sus asuntos, y si te descubren es probable  que te arrastren a su mundo por la fuerza. 

Es importante que pienses objetivamente en la persona, más allá  del cariño que le tengas. Intenta juzgar su vida, e intenta discernir si  pertenece ahora al Cielo, al Infierno o al Purgatorio. Si esta persona  ha ido al Infierno, es muy probable que una vez abierta la barrera  cueste cerrarla sin efectos colaterales. Si pese a esto decides  continuar es bajo tu propio riesgo.

Necesitarás una fotografía de la persona, sal, un espejo, una  pertenencia de esa persona -en lo posible una preciada-, pétalos de rosa  roja, dos velas y una pregunta cuya respuesta conozcas muy bien y que  solo esta persona sabría contestar...mientras más precisa sea la respuesta  a la pregunta, mejor es. Puedes agregar algún amuleto personal que te  proteja.

Siéntate a oscuras en el suelo, rodeándote en un círculo hecho  con sal y pétalos de rosa. Conserva un par de pétalos en tu regazo,  puede que los necesites luego. Coloca las velas a cada lado del espejo,  de modo tal que puedas ver tus ojos en el reflejo sin ningún problema.

Sé que esto te va a resultar muy difícil, pero es necesario que  lo hagas: intenta no pensar en la pregunta, o por lo menos en su  respuesta, hasta que sea el momento de enunciarla.

Toca el espejo con una mano y sostén la pertenencia y la foto con  la otra, cierra los ojos. Cuenta hasta diez y llama a esa persona por  su nombre completo. Di el nombre de la persona y seguido de eso, di:

"Quiero hablar contigo".

Hazlo hasta que sientas que la temperatura de la mano con la que  estás tocando el espejo disminuye bruscamente. Sí, lo lograste: hay un  muerto en el espejo. Ahora solo debes asegurarte de que sea realmente el  que tú deseas.

Quita tu mano del espejo, sonríe y saluda cordialmente –si no  haces esto, verás a la persona con la apariencia que tuvo en el segundo  previo a su muerte, y la imagen no suele ser muy grata-. Ahora puedes  abrir los ojos.

Frente a ti, en lugar de tu reflejo, encontrarás a la figura de  tu ser querido. Controla tu emoción, aún no puedes hablarle de lo que  sea. Dile que lo extrañas, pregúntale si es realmente él/ella –te dirá  que si irremediablemente- y hazle algunas preguntas personales fáciles  de contestar. Actúa completamente confiado, debes aparentar que crees  plenamente que aquel espíritu manifestado en el espejo es tu ser  querido.

Cuando sientas que lo has convencido de que confías en el/ella,  suelta la pregunta que tenías preparada. Si tarda en contestar, no  contesta o simplemente sonríe, arroja los pétalos de rosa al cristal.  Eso te dará tiempo de romper el espejo y estarás a salvo. Cubre los  cristales con algo para no reflejarte en ellos y quema el espejo.

No rompas el espejo haciendo contacto con tu piel, y mucho menos  te lastimes mientras lo haces: le pertenecerás para siempre si tú o tu  sangre lo tocan.

Si la persona te contesta correctamente, tu experimento ha  resultado. Ahora tienes veinte minutos para hablar con la persona y  decirle todo lo que quieras. Solo veinte, pues no puedes arriesgarte a  que alguien del otro lado note lo que estás haciendo. 

Pasados los veinte minutos, le dirás a la persona que debes irte  (no te preocupes por controlar el tiempo, sabrás cuándo decírselo porque  comenzarás a escuchar murmullos). Extiende tu mano con su pertenencia y  apóyala en el cristal del espejo. Esta se reflejará y tu ser querido  tomará el reflejo. Te dará las gracias y se marchará. 

Si en algún momento de tu conversación la persona mira a sus  espaldas o te dice que siente que alguien se acerca, termina el ritual  ahí mismo, haciendo lo que te expliqué antes.

Guarda algunos pétalos de rosas y colócalos bajo la almohada en  la que duermas, como última medida cautelar. Luego, duerme tranquilo:  has logrado vencer la frontera de la vida y la muerte.

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