Por el camino Don Quijote y Sancho se encuentran con unos molinos de viento y Don Quijote creyéndose que son gigantes se dispone a atacarlos con su lanza. Sancho le dice que no son mas que molinos, pero Don Quijote se empeña en atacarlos ya que él piensa que son gigantes malvados, como consecuencia Don Quijote tropieza con su lanza y se cae al suele acabando así el problema de los molinos, o gigantes como seguía afirmando Don Quijote. Por el camino Don Quijote recuerda que una vez leyó como un caballero repuso su lanza con un tronco y así lo hizo Don Quijote.
Al día siguiente cuando se disponían a ir a Puerto Lápice en busca de aventuras vieron a dos monjes, vestidos con sus hábitos negros y a una mujer que iba detrás de ellos, se supone que iban todos en la misma dirección. Don Quijote se penso que estos hombres tenían secuestrada a la señora que iba detrás de ellos, y decidió atacar a los pobres monjes. Sancho le aviso que no eran mas que dos frailes pero Don Quijote no le hizo caso y ataco a los frailes. Los dos frailes salieron corriendo con la mala fortuna de que uno de ellos se calló al suelo, Sancho amablemente intento ayudar al fraile que se había caído pero dos mozos arremeten contra él y le dejan inconsciente. Don Quijote a su vez fue a presentarle sus respetos a la señora, pero el escudero de ella arremetió contra Don Quijote dejándole herido de un hombro.