Prologo.

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Emmy paseaba lentamente por la nublada calle mientras tarareaba una cancion infantil. Pedaleaba silenciosamente y recordaba lo que su madre había dicho antes de salir.

-Emmy, Vuelve pronto por favor.-
-Si Mami. No te preocupes, sólo iré a dar un corto paseo.-

Pero no era cierto. Salió de su casa a las cinco de la tarde, y ha estado media hora paseando tranquilamente cerca de su casa.
Empezó a pedalear hacia su humilde hogar y tarareaba nuevamente.
"Tarara..."
Comenzaba a oscurecer, y esta pedaleo por la calle equivocada, absorta en sus pensamientos y muy distraída.
Ella padecía de déficit atencional, por lo que muchas veces se confundía, distraia , o perdia en mucho de los casos.
Cuando se dio cuenta de que iva por la calle equivocada, su corazón comenzó a palpitar más rápido. Miró a todas partes y no reconocía donde estaba. Se desespero y comenzo a pedalear cada vez mas rapido en busqueda de alguna calle que le sea conocida.
Derrepente, la rueda de su bicicleta se pinchó , lo que la obligó a bajarse. Comenzó a caminar y las nubes cada vez tapaban más al sol. Se metió por un oscuro callejón que había entre dos casas. Luego una figura tapó su camino. Emmy gritó del susto y cayó al suelo.
-Hola, Emmy.- Dijo, aquel alta figura con aspecto de payaso.
Ella bacilo en responder.
Pero lo hizo.
-Hola.-
-Te asuste verdad? Lo lamento mucho.- y rió.
-No importa. Quien eres?-
-Soy el payaso Diddl.-
Emmy rió por qué le pareció un nombre ridículo.
Luego pestañeo y el payaso había desaparecido.
Se levantó y camino, y luego vio algo que pareció sorprenderle, una puerta que estaba en medio de el callejón, entreabierta de la cual salía una luz.

-Ven Emmy...-
Ella se encaminó a aquella extraña puerta y al llegar junto a ella empujó a esta.
Entró, la puerta se cerró.
Y un desgarrador grito que provenia de aquella puerta, retumbo en el callejón.
Nunca más se volvió a saber de Emmy Perkins.

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