Diario de una Resentida

#11

El sarcasmo lo es todo
O lo que se lee igual,
Cada estupidez que escucho.

*** ***

Me dicen que no ahogue mis penas en alcohol, ¿y acaso creen que el agua me sirve de algo?

Pedí para ir al baño y la profesora me preguntó para qué, ni modo que vaya a abrir la Cámara de los Secretos.

Me dicen que no respeto opiniones ajenas, ¡claro que lo hago! Que me valga tres mierdas es historia aparte.

Teóricamente, tengo dos vidas. La mía y la que inventa la gente.

Estaba durmiendo tranquilamente, temprano por primera vez en mi vida y entran para preguntarme si duermo. De no haber sido mi mamá la que preguntaba, ya le decía que ensayaba para cuando me muera.

Mi abuela dice que le de un empujoncito a mis hermanos menores. Con gusto lo haré, desde un acantalido.

Me quedé estudiando hasta las tres de la mañana, me dieron ganas de darle un buen uso al número de teléfono de mi profesor que tengo al pedo en el móvil y llamarle para que sufra. Imbécil.

Típico, estoy todo el día en la calle y al llegar a casa necesito usar el baño, en ese mismo momento: mamá llega del trabajo, mi hermana aprovecha mi distracción para entrar antes que yo, el perro se escapa, Estados Unidos bombardea a Corea del Norte, sucede el Cataclismo Universal, Jesús baja al mundo y vuelve a irse, y yo aún no entré al baño.

A veces siento que ser yo es díficil.