Siempre consigues lo que quieres.

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Estábamos en medio de un photoshoot. Lo que estaba viendo no podía ser real. Que alguien me pellizcase y me devolviese a la realidad. Jimin no podía volver a estar haciendo eso. Me negaba. Que no. Ese pequeño cabrón no podía estar provocándome de esa manera precisamente en esos instantes. Yo no estaba viendo eso. Nuestras miradas se cruzaron un segundo en medio de la ráfaga de fotos y cuando Jimin se dio cuenta de que lo estaba mirando, se dispuso a provocarme. Sonrió de forma lujuriosa, o eso fue lo que captaron mis ojos. Sacó la lengua con esa sonrisa pervertida que tanto le gustaba mostrar y que a mi tanto daño me hacía. Aparté la mirada demasiado tarde, había estado excesivo tiempo posando mis ojos en él. Me lo acababa de comer con la mirada. No pude evitarlo. Maldito cabrón, sabía como calentarme con tan poca cosa. Intenté disimular y continuar con el resto de la sesión de fotos como medianamente pude.

En cuanto acabó todo y por fin las cámaras dejaron de disparar hacia nosotros, fulminé a Jimin con la mirada y sin decirle nada me fui directo hacia el cuarto de baño que había en uno de los pasillos del lugar donde nos encontrábamos. Cerré con un portazo y me coloqué frente al espejo, pasándome las manos por el pelo y cerrando los ojos.

- ¡Maldito Park Jimin! Siempre igual, joder –Me di un leve tirón en el pelo y después abrí el grifo que tenía delante de mi, mojando toda mi cara y parte de mi cabeza-. Lo odio –Seguí frotando unos segundos más mi cara con el agua y después cerré el grifo, mirando la imagen que me devolvía el espejo, apoyando ambas manos en la repisa del lavamanos.

- Yo también te quiero, hyung –Un triunfante Jimin entró por la puerta y echó el pestillo en cuanto estuvo dentro, sonriendo de forma tan exagerada que mi enfado se hizo aun mayor.

- ¡ERES UN AUTÉNTICO CABRÓN! –No pude evitar gritar, dando un par de zancadas hasta donde él se encontraba. Elevé mis mojadas manos y lo agarré por el cuello de la camiseta, empujándolo contra la pared. Mis puños estaban haciendo fuerza sobre su pecho, con mi cuerpo más pegado al suyo de lo que pretendía-. ¿Por qué siempre haces lo mismo?

- Porque sé que te gusta –una vez dicho esto, su sonrisa se hizo aun más grande. ¿Cómo podía ser así? En mi cabeza se arremolinaba la idea de darle un puñetazo a ver si eso le gustaba también.

- Te he dicho miles de veces que no hagas esas cosas cuando las cámaras estén delante –Lo miré amenazadoramente, o eso pensaba yo, pero de parte del menor solo recibí una carcajada que provocó que aumentase la fuerza de mi agarre. Apenas nos separaban unos cuántos centímetros, tenía su rostro casi pegado al mio.

- ¿Eso significa... -No fui consciente de en qué momento me había agarrado de la cintura, pero cuando pude reaccionar el que estaba pegado a la pared era yo. Mi cuerpo estaba totalmente entre la pared y Jimin, entre nosotros no corría el aire.- ...que fuera de cámaras sí que puedo? –Su sonrisa se ladeó de forma provocativa. Se quedó mirándome fijamente unos segundos hasta que después pude sentir como depositaba un par de besos en mi cuello, secando algunas gotas que corrían por el.

- Y-yo... no he... dicho eso... -Mierda. Quería sonar seguro de mi mismo y lo único que conseguí fue tartamudear. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y de forma inconsciente dejé de agarrar a Jimin con tanta fuerza de la camiseta.

- Pero has dicho que no lo hiciera cuando estuvieran las cámaras delante, del resto no has dicho nada –Jimin continuó besando un momento más mi cuello al mismo tiempo que pude sentir como sus manos se deslizaban por debajo de mi camiseta, acariciando la piel de mi cadera-. Te ves demasiado sexy con ese pelo mojado y con tanta gota de agua resbalando por ti... -La voz de Jimin se volvió más sensual, bajando un par de tonos cuando dijo eso último cerca de mi oído.

- Mierda, Jimin... Siempre consigues lo que quieres de mi –Intenté sonar enfadado, pero la verdad es que sus besos en mi cuello y esas caricias habían acabado con mi seguridad y mi cordura. Llevaba demasiado tiempo deseando besar de nuevo a Jimin, por culpa de los horarios que teníamos últimamente no podía hacerlo tanto como quería.

- Me gusta que sea así, eso significa que tu me necesitas tanto como yo a ti –Su sonrisa se hizo más grande. Me perdí en ella, verlo sonreír me descolocaba por completo. No fui consciente hasta un momento después de que me estaba besando. Le correspondí al beso con tantas ganas, necesidad y pasión que fuimos incapaces de salir del cuarto de baño hasta un buen rato después. Menos mal que Jimin había cerrado la puerta con el pestillo cuando entró.


Eres un cabrón, Park Jimin [Yoonmin] One-shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora