Capítulo 1

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Sonreía, cada vez más al notar la sangre en su rostro, era cómo probar un pedazo de cielo, se podía ver en mi, la satisfacción que me provocaba ver la sangré caer lentamente por su quijada, era tan esquisito,tan tentador, que no dude en probar el delicioso elixir de la vida, podría hacer esto toda mi vida y se seguirá sintiendo como si fuese la primera vez,tan dulce y tan vicioso... estaba tan concentrada en mis pensamientos, hasta que un chillido me saco de ellos.

-¿Bueno, que acaso no te puedes quedar callada?- gruñi, espere a que me respondiera pero me acorde que tenía cinta en su boca

-Oh, ¿como era que te llamabas?, Melanina... Marisol... Oh, si Maria!-dije dando saltitos, mientras ella me miraba con terror -Oh, cariño relajante, esto dolerá demaciado, pero dolerá más si te sigues moviendo como lombriz-dije pero hizo casó omiso a mi advertencia y apuñale con todas mis fuerzas en su vientre, tal y como le había dicho dolió, lo supe por sus chillidos y lloriqueos, Dios pero que nena!, ni que fuera para tanto.

Pero no me detuve ahí, la seguí torturando, hasta que me cansé, era divertido hacer esto, era cómo un hobby, extraño para el mundo, pero muy familiar para mi.

Era hora de ir a dejar el cuerpo, a duras penas entro en la camioneta, si que estaba gorda Maria, despues subí rápidamente a la camioneta, la encendí y arranque, eran exactamente las 3:19 a.m. del Lunes, a lo lejos se podía notar el cereno de la madrugada, iba sin rumbo alguno, solo seguía la carretera, mis párpados cada vez se volvían más pesados,estaba a nada de quedarme dormida, pero no podía permitirme ese lujo, estaba entre dormir o seguir con el trayecto, decidí seguir despierta uno nunca sabe, estaba en un parque de diversiones, lugar perfecto para dejar un cadáver.

Hací que cuando deje a Maria en la casa de espejos, me fui directo ala camioneta para ponerla en marcha, para por fin dormir como un bebé.


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