La vida la he perdido,
ya no cuentan los lamentos,
ni los muertos.Sólo cuentan los dolidos
los amantes,
los locos contrariados,
los repugnantes enamorados.Todos en lo alto
estarán por la mañana,
tan sólo observarlos,
mi mundo empezará a temblar.Mi ser ferviente de sangre,
latente de oxígeno,
aún no ha encontrado su lugar
en esta larga e inoportuna salida.Algunos simplemente no mueren
la inmortalidad en su existir
es tan poco grata,
como si de un largo sueño se tratara,
pero no se les permite despertar.Algunos prefieren recordar,
pensar en si mismos para nunca volver,
pero la muerte irónica nunca los soltará.Una a una se las bebe
las ilusiones
que al sol de medio día
se veían en el bosque.Porque ya nada les queda
más que aceptar la profundidad.Son los amantes que quedaron,
los solitarios que se fueron,
los niños que solían reír,
los viejos aposentos que solían visitar.Todo reducido
a la pequeña posibilidad de soñar
cuando los cuerpos
se osen a caer del cielo
y la luna deje de ser un diamante.
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La flor de la inocencia
Thơ caPoesía que hice a través de mi tristeza. Espero alguien pueda sentirse identificado con mi forma particular de ver el mundo y mi expresión personal.