Salgo de mi casa atravesando las baldosas anaranjadas que decoran el camino hasta llegar al final de la pequeña pasarela llena de adosados. El frío se mete de lleno en mi cuerpo, que aun que está cubierto por un gran y gordo abrigo, no lo cubre del todo. Miro hacia la esquina donde esperan las mismas personas de siempre, en un día tan oscuro como hoy.
Meto las dos manos en los bolsillos de mi abrigo y miro para la izquierda y la derecha. Me dispongo a ir hacia la estación de autobuses.
Paseo entre mis dejados y desganados pasos por las calles en las que no se escucha ningún ruido más alto que el ladrido de algún perro. Las solitarias calles cubiertas todavía con la dulce y casi muerta niebla de la mañana, continúan dando pie a un día como el que me espera.
Me doy cuenta que ella me diría que tendría que mantener las fuerzas, pero no me puedo pedir algo así a mí misma un día como hoy, en el que aparte de mis sentimientos en colores grises y negros, también lo está el día. Solo camino y miro a los pies de una recaída persona que se anda sin ánimos de encontrar nada más que un simple físico al que destrozan y martirizan a diario; yo principalmente. La agonía aún no se ha ido y la autoestima aún sigue bajo tierra quizás tres o cuatro pisos más abajo.
Respiro, creo que las lágrimas se han secado en mi interior ninguna amenaza con salir esta mañana. En ese mismo instante en el que sigo andando para llegar a la estación de autobuses, escucho una risa de un niño que se mete dentro de mis oídos.
Miro y veo a un precioso niño rubio con ojos azules, el cual se engancha a la pierna de su padre deseoso de algo quizás del peluche que lleve el hombre en la mano. Esa época en la que eres niño no te das cuenta de los problemas a los que te enfrentarás más tarde , tampoco te das cuenta de que la alegría te rodea como si te fuese a proteger siempre y hay gente que dice que incluso creces, y yo siempre he pensado que eso es algo relativo.
Puedes crecer de altura, pero no como persona. Estoy segura de que el chico moreno de mi clase estaría de acuerdo conmigo en este punto. Sonrío por primera vez desde que me levanté al ver que el padre por fin le da el peluche y el niño lo abraza enternecido.
De nuevo la alegría viene por las calles a toda velocidad y le rodea creándole una burbuja de protección que le durará al menos unos tres o cuatro años más. Sonrío, y me doy cuenta de que ya he llegado a la estación de autobuses. Ni dos minutos tarda en estar el vehículo en la estación, y ni dos segundos tardo yo en cuanto se abren las puertas y subir.
Le enseño bono al conductor que me saluda con un amable y seco gesto con la cabeza, como todas las mañanas. Llego a mi asiento y veo que está ocupado. Frunzo el ceño cuando veo que quien lo ocupa es Emily Hudson, más conocida como Lilly.
Es castaña, con el pelo extremadamente largo. Sus ojos son pequeños y azules, maquillados a la perfección con unos coloretes que marcan sus pómulos y resaltan sus facciones casi siempre. Su cuerpo es detallado con perfectas curvas, Popular, extrovertida, segura de sí misma y consiguiendo todo lo que quiere, todo; Incluso hundirme y hacerme sentir como una porquería, más de lo que ya sé que soy.
-Este asiento es mío - Digo, casi temblorosa.
-¿Ah, sí? - Contesta Lilly.
Gruño por dentro y quiero matarla.
-Aquí siempre me siento yo -Contesto. No estaba segura de si seguir con esta discusión, porque estaba claro que ella ganaría.
-Bueno, hoy estoy yo - Dice, y sigue hablando con su compañera.
Miro a su izquierda y allí esta Caroline Blair; Carol. La sonora sonrisa de la chica al comentario tan idiota de su amiga me hace intimidarme.
Carol es la mejor amiga de Lilly. Castaña con el pelo por el pecho, sonrisa perfecta, cara redonda, ojos color miel. Algo extrovertida, sonriente, abierta, inteligente y algo popular. Los únicos defectos que tiene es que es algo idiota, y siempre se deja llevar por lo que digan Lilly o los de su grupo.
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Broken » Harry Styles
Fanfiction"Él fue un Héroe sin capa" ||| -Dreamss© Obra registrada en INDIAUTOR.