Demasiado Lejos

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- Viniste!, sabía que vendrias... - me dijo y me dedicó una sonrisa.

Le sonreí de vuelta, me apenaba el hecho de que hacia pocos minutos deseaba que me hubiera dejado plantada, ahora era más o menos todo lo contrario. Su sonrisa era perfecta, había venido con unos pantalones negros, una camisa blanca y la chaqueta en la mano, lo clásico hacia que pareciera fácil vestirse tan bien y que se viera totalmente guapo.

- Siento no haber podido ser más puntual... - me disculpé - pero es que el tráfico estaba hecho un desastre.

Seguíamos parados el uno frente al otro, el no hacía ningún intento por moverse he ir a la película, Ya debería haber empezado, y yo tampoco quería moverme de ahí.

-No te preocupes, yo también he llegado un poco tarde, -soltó una pequeña risa incómoda - después de todo la película sólo empieza hasta las 8:30.

- Pero dijiste que la cita era a las 7:00... - me sorprendió la palabra que empleé para referirme a nuestro encuentro, el también lo notó pero no le dio importancia.

Se pasó la mano por el cabello en un gesto un poco nervioso, lo había descubierto en algo  y no sabía que decirme. Finalmente sonrió y con un gesto de resignación me dijo:

- Pensé que podíamos hablar un poco antes de la función, no te he invitado aquí para que te pierdas la película. No te conozco y tu a mi tampoco, -dudó un poco si debía continuar - pero eso no quita el hecho de que me gustas bastante y además conocernos no es una tarea imposible, no crees?

Sonaba sincero, pero no me gustaba la forma en la que se dirigía a mi, como si ya fuéramos algo por el simple hecho de que acepte su invitación por cortesía. Asentí levemente y me dispuse a observar a mi alredor. Me quede mirando la zona de comidas, estaban recién poniendo una nueva tanda de crispetas y una pobre vendedora no daba abasto con los pedidos, el jefe estaba empezando a molestarse y estaba tratando de calmar a las personas que estaban comenzando a quejarse.

- Vamos por la comida ya? - Me preguntó. Me imagino que me quede mirando la escena demasiado tiempo y le había dado la impresión de que tenía hambre.

- Claro - Nos acercamos a una de las filas y me dispuse a esperar, pero el me cogió la mano y me llevó hasta la fila premium y rápidamente una señorita nos atendió.

- Desean el paquete pequeño, mediano, semimediano....

-Danos el extra grande, - me miró-  con nachos?

Me encogí de hombros, no me importaba en lo más mínimo. La verdad, odio la comida del cine, mi estómago es alérgico a toda esa grasa, una palomita y estoy en el baño deseando nunca en mi vida volver al cine y agradeciendo la existencia de Netflix. Además me preocupaba otra cosa, su mano me agarraba la mía con firmeza, no la soltaba y estaba empezando a incomodarme. No me dejó libre hasta que trajeron la comida. Que asco, como es que a la gente le gusta comer esas clase de cosas. Tomó la comida y adoptó un gesto extraño. Había olvidado pagar. Imbécil. Tome mi billetera y le pague a la señorita, después de todo pensaba hacerlo desde un principio, Mr. Prepotente puso la comida en la barra y me ofreció un billete del mismo valor que el que le pase a la cajera.

- Tómalo, de ninguna manera permitiré que gastes un centavo, soy yo el que te ha invitado - me dijo. Seguía extendiendo el dinero.

Negué con la cabeza.

- Vamos... Ningún caballero deja que su dama pague la cuenta.

Su dama.

- La diferencia aquí es que yo no soy tu dama y tu no pareces ningún caballero. - Su dama? Nunca. Le dediqué mi más soberbia sonrisa y caminé hasta la sala. Nunca debí haber venido.

Studying LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora