Pov's general :v
-¿Hacer qué?
-Quererme...
James estaba incado frente al de menor estatura, quien seguía cabizbajo.
-Qué cosas dices... Yo-
Interrumpió. -¿Es alguna clase de juego? ¿O realmente me... Quieres?
Por supuesto que Jacob es feliz al lado de James, pero se siente inseguro, le cuesta mucho confiar en alguien, pues muchas personas solo han jugado con sus sentimientos.
-¿Qué? Por supuesto que te quiero, es decir, esa sensación de querer protegerte, de mimarte, de... Amarte... Es tan indescriptible que... ¡En conclusión haces que mi corazón explote cuando dices mi nombre!... ¿entiendes?
-Pero no conoces nada de mi...
-¡Conoceré! Y aceptaré cada reto que se nos cruce enfrente, así que por favor, sé mi pareja...
El menor se quedó estático, escuchar que aquellas lindas palabras eran sinceras, no supo qué responder, ¿qué tal si no es suficiente para él? Estaba realmente inseguro.
-¿E-entonces?-Tartamudeó James esperando una respuesta.
-¿Es enserio todo lo que dices?
-Si...
-Entonces... ¿Ya somos novios?
-¿Eso es un sí?-La voz de James reflejaba felicidad.
-¡Sí!-Tomó Jacob de las mejillas a James depositando un beso dulce.
-Soy tan feliz... Eres mi única familia ahora...
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~Mientras tanto en el hospital~
-¿Tres semanas con esto? ¿Sabe las cosas que no haré con un yeso en el brazo?
-Sr. Santiago, quédese quieto.
-Roy, coopera un poco.
-¿¡Primero me levantan temprano y después me dan órdenes!? ¿¡Saben con quien están hablando!?
Tanto Terry como el doctor trataban de contener la risa. Desde hace media hora que comenzaron a enyesar el brazo de Roy, y ya se había desesperado.
-¡Terminamos!
-¡Yei!
-Muy bien, ahora sólo queda esperar a que endurezca. Haz todo lo que quieras, pero no muevas el brazo.-salió el doctor de la habitación.
-Hey Roy...-Miró a un costado con cara de fastidio.-¿Sabes cual es la ventaja de que tengas un yeso en el brazo?
-¿Qué cosa?
-De que yo te mimaré todo lo que quieras.-Sonrió dulce el de cabellos miel.
-¿Enserio?-Devolvió la sonrisa el peliazul.
-¡Claro!
Pasaron las horas rápido, Roy estaba ansioso por ver a James, y que James viera a Terry; no podía esperar más.
-¡Hey Roy!-Una voz aguda resonó en los pasillos del hospital.
-¿Jacob?-Corrió el joven peliazul hacia el azabache para abrazarle.
-¡Qué lindo te ves! ¡Cómo un muñeco!
-¡No me digas así! Ow... Tu brazo... Lo siento...
