«El roce hace el cariño»

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~ Pequeño relato Snarry (Severus Snape/Harry Potter).
~ Los personajes son propiedad de J.K.Rowling. Yo solo los tomo prestados para jugar con ellos un rato en estos cuantos párrafos.
~ Creo que está bastante claro que se trata de un relato homoeróico.
~ Sí la pareja no es de tu agrado y/o padeces de homofobia es muy sencillo, no sigas leyendo y date el piro.
~ Al resto: sed muy bienvenidos y disfrutad de la lectura.

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-Recorría distraido los pasillos en penumbra. Confiaba ciegamente en que mis pasos me guiarían hacia la salida de las Mazmorras. Tenía la mirada perdida y ni siquiera se me había ocurrido la "brillante idea" de sacar la varita para alejar la oscuridad que ya se había tragado mi sombra. Mi mente tenía mejores cosas en las que pensar ahora. *Entonces... durante todo este tiempo ¿era Snape? Desde la primera vez y sin saber porqué hubo un vínculo muy fuerte que me ató a él. Conectados por el odio pero a la vez... Solo un paso y caí en su red. Inútil resistirse ante su poder. Los polos opuestos se atraen, es ley. ¿He de confesárselo pues?*
"No seas ridículo Harry. ¿Qué te asegura que sienta lo mismo por ti?"
*Pero si no jamás saldré de dudas. Guardaré esa pregunta en mi pecho y cuanto más tiempo pase más pesado se hará el sufrimiento. Aunque la respuesta duela me hará libre... supuestamente.
Pues sabré que no podré ser suyo a pesar de irónicamente pertenecerles los fragmentos de mi corazón hecho pedazos.* Solté un pesado suspiro ante aquel más que probable escenario futuro al que tendría que hacer frent...- Auh. -Una alta y esbelta figura me deslumbraba con una luz blanquecina. Al chocar con ella oí cómo también caían un buen número de objetos al suelo. Cuando la varita del inconfundible portador iluminó el corredor pude ver libros esparcidos rodeandonos.- Yo... Perdón. -Con la cara roja como un huevo de Ashwinder me puse de rodillas para recoger rápidamente el desastre. El calor había vuelto de repente. Alcé la mirada tímidamente tras volver a sentir su toque al querer recoger el mismo libro de pociones. Sus ojos opalescentes brillaron en medio de la noche antes de tomarme. El mundo dejó de girar durante aquel instante. Todo a nuestro alrededor desapareció. Tan solo él y yo. Esos finos y pálidos labios sobre los míos. Su respiración acelerándose contra mi rostro. Su experta mano con firmeza y a la vez suavidad sujetandolo. Su sabor... Tenía el dulzor de la miel y la amargura del café. Su olor... Aquella túnica que agarraba con fervor por miedo a que en algún momento el profesor no fuera más que una ilusión desprendía mil fragancias. Quería fundirme en aquella boca, en aquella capa. Temblaba ligeramente por las poderosas sensaciones que en mí el maestro desataba. Deseaba complacerle. Hacerle feliz. Cumplir todos sus deseos. Verle sonreír.
Quería ser suyo, y por siempre tenerle junto a mí.

THE END

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