Nuestro amor será leyenda

CAPÍTULO 10

- ¿Sí? ¿Quién es?
- ¡Hola, cielo! ¿Qué tal por la uni?
- Ah, ¡hola mamá! Pues de momento bien, aunque bueno, me han pasado cosas sin importancia.
- Bueno, ya me contarás. Sabes que este fin de semana te encargas de Sarah, ¿no?
- Si mamá, no te preocupes, que el fin de semana con papá no te lo quita nadie. ¿Al final dónde vais?
- Tu padre tiene viaje de negocios en París, y bueno, siempre he querido ir, así que nos vamos a quedar allí todo el fin de semana.
- Jolín, mamá. ¡Qué envidia me das!
- Ya te enviaré una postal con la Torre Eiffel de fondo.
- Di que sí. Urgando en la herida.
Mi madre se ríe, y no evito reírme yo también.
- Bueno, espero que vaya todo bien en la Universidad, Travie.
- Gracias, mamá. Oye, una cosa: ¿Podrías meter en mi cuenta £850?
- ¿Para qué quieres tanto dinero, Travie?
- Emm... nada importante...
- Travie, ¿me puedes explicar qué ha pasado?
- Me han puesto una multa de tráfico.
- ¿¿Cómo??
- Como que me han puesto una multa de tráfico. Exceso de velocidad.
- ¿Pero tú desde cuándo incumples las normas?
- A ver, llegaba tarde a un sitio. No me dí cuenta y me pasé del límite.
- ¿Y adónde se suponía que ibas?
- Pues había quedado con una chica.
- Bueno, eso ya es personal. ¿De cuánto es la multa?
-£450. Pero te pido más dinero porque tengo que hacer unas cosas más.
- Bueno, mañana me paso por el banco y lo meto en tu cuenta. Y que sea la última multa. ¿Entendido?
- Sí, mamá.
- Bueno, te dejo que entro a trabajar. Que tengas un buen día, Travie.
- Igualmente, mamá.

Podéis comprobar lo enfadada que se puso mi madre cuando le conté lo de la multa. Espera que no se lo haya contado a mi padre. En fin, el día sólo acaba de empezar. Voy a ducharme, a ver si me relajo un poco.
Una vez duchado, desayuno un buen tazón de cereales. Cuando tomo la primera cucharada, se levanta David.
- ¡Buenos días, compañero!
- Llevo un buen rato despierto. Te escuché hablando con tu madre.
- Bueno, jaja. No es nada del otro mundo. Solo que este fin de semana me toca encargarme de mi hermana pequeña y poco más.
- No sabía que tuvieras hermanos. Yo tengo un hermano mayor. Ahora vive en Barcelona con su novia.
- ¿Te llevas bien con él?
- Sí, bueno. Él es como mi mejor amigo. Le puedo contar mis problemas y siempre tiene solución a cada uno de ellos. Siempre me apoya en todo lo que haga falta. De hecho, él me animó a hacer la universidad.
- ¡Qué grande es tú hermano! Yo soy así también con mi hermana, aunque bueno, solo tiene 6 años.
- Bueno, al menos que siga tus pasos.
- Soy como un padre para ella. No te digo más.
- Pues sigue así. Bueno, vamos a desayunar y para clase.
David solo toma un café para desayunar. Yo ya tengo como costumbre desayunar cereales. Me dan energías para el día.
Mi reloj marca las 8:55 cuando salimos para clase. Pasamos a recoger a Christine y a Jenniffer, ya que a los 4 nos tocaba en la misma clase.
Con Jenniffer estuve hablando de muchas cosas aquella mañana. Después, a la hora de comer, los 4 fuimos al restaurante donde David y yo comimos el otro día. Charlamos y reímos: una buena mañana.
Entro en la habitación una vez terminado el día de universidad. Me tumbo en la cama para ojear el móvil y veo dos llamadas perdidas: las dos, de Allyson.
Había olvidado por completo lo del trabajo. Cuando estoy a punto de dar a llamar, me llega una llamada suya por Skype, y a primera vista me resulta extraño: ¿Por qué quiere verme por video llamada cuando por llamada normal ya puede hablar conmigo? En fin, cojamos la llamada:
- Allyson, perdona no haberte contestado antes, estaba comiendo.
- Emm... no... no importa. Te llamaba por lo del trabajo... ¿Estás disponible esta tarde?
- Supongo que sí. ¿Dónde quedamos?
- Pues... pásate por mi habitación... ¿en cosa de 15 minutos?
- Vale. Y, ¿dónde está tu habitación?
- En la segunda planta, habitación 7.
- Vale, ahora voy. Hasta ahora.
- Hasta ahora...
Noto a Allyson un poco fría cuando habla, incluso hasta la notado bastante nerviosa. David, que había entrado conmigo en la habitación, se encontraba en el baño cuando hablaba con Allyson, así que doy por hecho que ha escuchado la conversación.
- ¿Hablabas con Allyson, no?
- Sí. Era para quedar para el trabajo. Ahora subiré a su habitación.
- Qué te vaya bien.
- ¿A qué viene eso? Que solo voy a hacer un trabajo.
- Nada, jajaja. Es que se dice por ahí que es una chica un tanto extraña, por eso te digo que tengas cuidado y que te vaya bien.
- Estate tranquilo en ese sentido.

Una vez terminada la conversación, salgo por la puerta y voy hacia las escaleras. Una vez las subo, me doy cuenta de que la pintura de las paredes es diferente. En mi planta las paredes son rojas, mientras que en la segunda son verdes. (Me paro a pensar en que esto tiene algo que ver con Harry Potter: rojo gryffindor; verde slytherin... Solo faltaría que los demás pisos representaran a Hufflepuff y a Ravenclaw).
Cambiando de tema, que me desvarío, llego a la habitación 7. Llamo a la puerta por educación y sale una chica con el pelo rubio y mechas moradas, más o menos de mi altura.
- ¡Hola! Travie, ¿no?
- El mismo. ¿Está Allyson?
- No. Ha salido un momento. Tenía que ir a la biblioteca a hacer no sé qué. Pasa y la esperamos juntos.
- Gracias.
- Bueno, no me he presentado. Rachel Rogers.
- Encantado de conocerte.
-Bueno, vais a hacer un trabajo, ¿no?
- Sí, pero no me preguntes cuál. Ya se verá tras la marcha.
- Bueno, imagino que Allyson me contará después.
En ese momento se abre la puerta y aparece Allyson. Iba vestida con un mono verde, con rayas blancas que resaltaban su melena pelirroja.
- Vaya, no esperaba que vinieras tan pronto, Travie...
- Ya, bueno jejeje. Hay que hacer un trabajo, ¿no?
- Bueno, chicos. Os dejo solos. Un placer conocerte, Travie.
- Lo mismo digo, Rachel.

Se hizo el silencio cuando se marchó Rachel. Cada vez que Allyson respiraba, la notaba más y más nerviosa, hasta tal punto que silencio y respiración fuerte hacían una combinación explosiva. Decidí romper el hielo, y digo:
- Bueno, ¿empezamos?
- Ssss... sii...
Estaba tan nerviosa que parecía un flan. Voy a ver si consigo calmarla.