Capitulo 1: El comienzo del fin

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Canción de este capitulo: 

(Melodie of a murderer - Scarlett Rose) 

-¡No puedes obligarme a ir a esa escuela! — Grito Hayley. No hubiera sido extraño que algún vecino hubiera alertado a la policía, pero tanto ella como Jocelyn, su madre sabían que eso no pasaría, y seguían gritándose mutuamente.

-¡Claro que puedo! Soy tu madre y además, ¡¿sabes lo que me costó insistirle a la directora para que te diera esa beca?!
-"Ya lo sé... ¡Pero esa escuela está llena de gente extraña!" — Dijo con voz casi llorosa, parecía que en cualquier momento rompería en llantos.
-Mira Hayley, la única razón por la que te sacaría de esa escuela sería si hubiera violadores, psicópatas u homicidas
Hubo unos segundos de silencio, ya hasta parecía que la discusión había acabado. Su madre volvió a la computadora a terminar de hacer su trabajo.

-Y... ¿Si te digo que los hay?

Jocelyn se levantó exasperadamente de la silla, y esta se cayó, haciendo un estruendoso ruido al chocar contra el suelo de madera.
-¡Deja de decir tantas estupideces! Vete a tu cuarto y, ¡déjame trabajar!
Hayley subió a su habitación, enfurecida, y cerró la puerta de un portazo.

Se dejo caer sobre la puerta, y comenzó a llorar.
Probablemente debía haberle dicho a su madre todo lo que había oído, pero ella no iba a creerle. Decidió que lo mejor sería relajarse, entonces se fue a dormir con las lagrimas aún rodando por sus mejillas.

El anhelo de Hayley desde que tenía uso de razón, era que su madre logrará escucharla, pero sabía que eso jamás iba a suceder, ya que su madre nunca tenía tiempo para ella.
- AL DÍA SIGUIENTE -
-¡Ya está el desayuno! — Grito Jocelyn desde la cocina.
Hayley miro el reloj que estaba al lado de su cama y vio que ya era tarde, y que debía apurarse para no llegar tarde.

Se puso una camiseta con el logo de su banda favorita, unos jeans desgastados, sus vans rojas y la cadena que le había regalado su hermana días antes de morir y bajo a desayunar.

Bajo corriendo las escaleras, se sentía un pequeño golpeteo en las maderas de las escaleras, y se dio cuenta de que ni siquiera había logrado atar los cordones a sus zapatillas.
-Desayuna rápido que vas a llegar tarde — Le dijo su madre sin siquiera mirarla.
-Buenos días, ¿no?
El teléfono de Jocelyn comenzó a sonar, lo tomo y se despidió de Hayley, corriendo apresuradamente hacía la puerta y cerrándola con la misma velocidad.
Cuando Hayley terminó de desayunar, cogió su mochila lo más rápido que pudo y comenzó a caminar lo más rápido que pudo para no llegar más tarde de lo que sabía que iba a llegar. En el camino se encontró a su mejor amiga Cath, quién también estaba llegando tarde.
-¿Porque llegas tarde tu? —Le pregunto Cath, mientras se acomodaba sus gafas negras.
-Realmente no lo sé, anoche me acosté tarde, me quede pensando en lo que nos dijeron ayer
-No debes creerte todo lo que dicen, de seguro son puras historias que le cuentan a los nuevos — Le respondió sonriendo Cath mientras limpiaba sus gafas con el puño de su sweater.
Al darse cuenta de que llegaban 5 minutos tarde, comenzaron a correr.
Cuando por fin lograron llegar, el portero de la escuela les dijo que no podían pasar y que se sentaran en unos bancos que estaban junto a la pared a esperar a que sonara el timbre para que pudieran ingresar los que llegaban tarde.
No había nadie más que ellas dos, Cath seguía limpiando sus gafas, siempre hacía eso cuando estaba nerviosa.
-Vas a arruinarles el vidrio
-Están sucias —Le respondió ella mientras las limpiaba con más fuerza.
-Cath —Le regaño Hayley, poniendo su mano sobre la muñeca de su amiga.
Esta dejo de limpiarlas y comenzó a morderse las uñas.
-Voy a buscar un refresco, ¿quieres uno?
-¿Y si nos dicen que pasemos?
-Tenemos que esperar media hora, nos lo dijeron ayer
Cath se quedó mirando fijamente la puerta que daba a las aulas.
-Que sean dos —Le respondió mientras continuaba comiéndose las uñas.
-Okey, enseguida regresó
Cuando Hayley estaba caminando por el pasillo para ir al quisco que estaba dentro de la escuela, vio a un chico que estaba apoyado contra una pared del patio, pudo verlo por la ventana.
Tenía el cabello negro, no podía distinguirle el rostro, pero llevaba un pullover gris con un jean negro. Estaba fumando, podía ver que su piel era pálida, casi como un vampiro, 'pero los vampiros no existen' se dijo para sí misma, 'pero los psicópatas si' dijo una voz en su interior.
Pudo ver que tiraba el cigarrillo al suelo y se marchaba.
Comenzó a seguirlo, Hayley abría y cerraba las puertas de los pasillos, pero lo había perdido de vista.
Pudo sentir la respiración de alguien detrás de ella y una voz que le decía:
-¿No te enseñaron que es de mala educación perseguir a las personas?
Hayley se dio vuelta rápidamente y se quedo congelada, quería salir corriendo, o decirle que no lo estaba persiguiendo y salir de esa situación lo más rápido posible, pero su cuerpo no se lo permitía.
-Además es raro —Le dijo mirándola fijamente, Hayley tardó unos segundos en prestarle atención a su rostro, no tenía parpados y tenía una cicatriz en ambos lados de la boca, simulando una enorme sonrisa.
-¿No tienes nada que decir niña? —Le dijo con una sonrisa.
-Yo...
-¿No me estabas persiguiendo?
-En realidad no... Iba a comprar en el quiosco...—Dijo Hayley con un hilo de voz
-El kiosco es para el otro lado —Le respondió dejándola sin respuesta.
-Es que...
-Mira, te perdono tu acoso con una condición —Le dijo sonriéndole amigablemente, aunque no conseguía no darle miedo a Hayley.
-Cu... ¿Cuál?...
-Déjame acompañarte hasta tu casa a la salida de la escuela
-Q... ¿Qué? Ni siquiera nos conocemos...
-Yo si te conozco, Hayley
En ese momento sonó la campana para que ingresaran los que habían llegado tarde. Hayley camino lo más rápido que pudo, más para librarse de la situación que por miedo a no poder entrar a clase.
Pero la mano pálida del chico le sujeto el brazo, obligándola a mirarlo y darle una respuesta.
-No lo sé, ni siquiera tu nombre...
-Me llamo Jeff —Le dijo soltándola, pero mirándola para que no pueda salir corriendo.
-No te estaba acosando...
-"Si lo hacías"
Hayley miro la hora y se dio cuenta de que no iba a poder pasar si se demoraba más.
-Debo ir a clases, y tu también —Le contesto ella, intentando retroceder para poder darse la vuelta y salir caminando, pero el retrocedía con ella, aterrándola más de lo que ya estaba.
-Me vas a decir que si o tengo que obligarte? —Le dijo sonriéndole nuevamente Jeff.
-Esta... Está bien... —Le contestó Hayley temblando.
-Nos vemos a la salida entonces —Le respondió con una sonrisa inmensa.
Se alejo caminando y se bajo la capucha de su pullover gris.
Hayley se dio cuenta de que iba a llegar tarde, entonces comenzó a correr en la dirección contraria a la que había ido Jeff.



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