-Juan! Juan!, ¿dónde estas?
-¿Alicia? ¡Hola! Aquí estoy, ¿qué pasa?.- respondió el niño al llamado, al mismo tiempo que salía de la pequeña y humilde casa.
-Me voy Juan, me voy...- le dijo con una profunda tristeza Alicia.
-¿Te vas? ¿A dónde?
-Mi padre me mandará con mis abuelos, a Valladolid.
El no quiere que te vea.-¿Qué? ¡No! ¿Por qué? Alicia no puedes hacerme esto... no por favor, tu no...
-El cree que alejándonos dejaré de quererte... pero el no sabe que te quedarás con mi corazón.- la chiquilla le entregó una pequeña cajita de madera.- abrelo.
Juan seco sus lágrimas y abrió la pequeña cajita.
-¿Una flor?
-Si,... no dejes que se marchite, y si lo hace conservala y acuérdate de mi, no me olvidaras ¿verdad?
-No, aquí estaré esperando tu regreso... cuando eso pase nos casaremos y tendremos una hermosa familia.- contestó Juan con una gran sonrisa en su rostro.
-¿Lo prometes?
-Lo prometo.
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-Ya se han tardado mucho.- comentó Juan mientras caminaba, desesperado, en círculos.
-Calma, pronto tendremos noticias.- le dijo el sacerdote para intentar calmarlo.
-No, es que yo ya no pue...
-¡Ya nació! ¡Es una niña!.- salió triunfante la partera de la habitación.
-¿Es una niña? ¡¡ES UNA NIÑA!!.- Juan gritaba orgulloso y lleno de emoción.- ¿las dos están bien, verdad?
-Así es.
-Gracias a Dios, ahora debes cuidar muy bien de ellas.- dijo el sacerdote.
-¡Pero claro! ¡faltaba más! De ahora en adelante trabajaré más horas para poder darles la vida que se merecen.
-El dinero no lo es todo Juan.
-¡Ya vas a empezar!, mira hoy estoy tan feliz que no voy a discutir contigo Antonio, perdón, "padre Antonio", mejor ven, ¡vamos a conocer a mi chamaca!
Juan le dio una palmadita en la espalda al sacerdote y ambos entraron a conocer a la nueva integrante de la familia.
-¡Pero mira que hermosa niña me acabas de dar mujer! Es tan linda como tu, tiene tu sonrisa, es perfecta!.- comentaba el hombre lleno de alegría.- es el mejor regalo que nos ha dado Dios.
Alicia, un poco cansada, pero con una gran sonrisa en su rostro, asentía.
-¿Podría cargarla?.- preguntó Antonio.
-Claro.- Juan le entregó con mucho cuidado a la bebé.
-¡De verdad es hermosa! Parece un angelito.- comentó Antonio lleno de orgullo.- tu papá tiene razón, ¡eres igualita a tu madre!.- dijo hablándole a la pequeña.
1 año después~
-¡Desde que ese dinero entró a nuestras vidas, sólo han ocurrido desgracias!.- decía Alicia.
-¡Todo lo hice por ti y por nuestra hija!
-¡El dinero no hace la felicidad!
-¡Eso piensas tu, pero yo no!
-Por lo menos dime ¿de dónde lo sacaste? ¿Por qué desde esa noche....., cambiaste tanto?-Por que ahora soy rico y poderoso, lo que siempre quise, ¿entiendes? ¡Lo que siempre quise!
-¿A cambio de qué?
-A cambio de todo. Y ya deja ese tema por la paz, hace meses que es el tema de discusión.- dijo Juan mientras salía del cuarto, dejando a Alicia sola.
Alicia triste y resignada, salió a buscar a su hija, quien se encontraba jugando en un columpio que el padre Antonio había puesto para ella.
Vivían en una gran hacienda, una de las más bellas del pueblo.
La familia de Juan había sido tan respetada, hasta esa noche.-¿A dónde vas?.- preguntó una voz de ultratumba, que provenía detrás de unos árboles.
-¿Ah?.- Alicia volteo hacia donde escuchó la voz.- ¿quién es usted?, ¿Puedo ayudarlo?
-Si, estoy aquí por el último pago.
-¿Último pago? ¿a que se refiere?.- preguntó Alicia asustada.
-Vengo por ti.
Alicia entendió inmediatamente lo que ese hombre quería.
Con un exagerado temor se fue corriendo, tan rápido que en menos de lo canta un gallo, ya estaba jadeando detrás de la puerta de la casa.-Del demonio no puedes escapar.- se burlaba el extraño mientras la veía correr.
Agitada y llena de temor, Alicia, caminaba por toda la casa, buscando una solución.
La noche había llegado acompañada de una gran tormenta.
No había vuelta atrás.
El daño ya estaba hecho.
Eso Alicia lo tenía claro.
A ella lo único que le importaba era su pequeña.
Salió de la casa y se dirigió al establo en donde estaba el capataz.
Llevaba a la niña en sus brazos, envuelta en una cobija tejida color amarillo.-Señora Alicia... ¿pasa algo?.- preguntó el capataz cuando la vio llegar.
-Alberto, tiene que ayudarme.- suplico Alicia.
-Dígame, ¿para qué soy bueno?
-Tiene que llevarse a mi hija. Esconderla, nadie puede saber de su existencia. Nadie, ni su padre.
-Señora Alicia... yo.... yo no puedo hacer eso, ¿a dónde llevaría a la chiquita?
-Tu sabes a donde, vete, vete ya.- dijo y con todo el dolor de su corazón le entregó a la niña.
Aún sin entender, el hombre montó un caballo y salió a todo galope con la niña entre sus brazos.
Alicia observaba como se perdían en la oscuridad de la noche.-Adiós mi niña.- dijo con lágrimas en los ojos.- adiós.
Sabía que no volvería a verla.
Tenía que pagar.
El precio fue caro. ¿Verdad Juan?Dije que empezaría lo cursi, pero nunca dije con quien ._.
Para entender esta historia debemos conocer el pasado de los personajes, es por eso que este capítulo trata de mi amigo Juan y su esposa Alicia.
No nos dice mucho, pero para que se den una idea.
Ahora, una probadita de lo que viene eweNando (denle una revisada al cap 6, solo a la parte final) salió enojado de la casa.
Más que enojo, sentia tristeza, no podía creer que ni su propio hermano confiara en el.
No sabía a donde iba.
Camino sin rumbo.
A pesar de que no conocía el pueblo logro llegar a la plaza, la cual estaba desierta.
Se sentó en una de las bancas a pensar.~Es demasiado temprano para estar aquí, ¿no lo crees?.- interrumpió una voz sus pensamientos.
-¿Qué?.- Nando volteó rápidamente.- ¿quién eres tu?
~¿Te importa realmente?
-No, para nada, me pasa seguido que un extraño, en medio de un pueblo fantasma, se acerque a charlar.- contestó Nando con sarcasmo.
~¿Reconoces esto?.- preguntó este al mismo tiempo que le enseñaba un pequeño cofre.
-¿¡¿CÓMO ES POSIBLE?!? TU.....TU....- Nando sorprendido y a la vez asustado pego un brinco y retrocedió un poco.
~Jajaja no seas cobarde
-No....no lo soy.... ¿qué..... qué quieres de mi?
~Quiero proponerte un trato...
Bueno esto es todo de mi parte, dudas, sugerencias o críticas constructivas--> en los comentarios.
Adiosito, los quiero.