Peaky Lovers

Capítulo III: William Bradshaw

«¿Golpeo o no?», pensé durante un largo tiempo mientras me quedaba congelado frente a la suite de Emma. «Tres días es mucho tiempo Will», azotó de nuevo mi conciencia.

─¿Emma? ─espeté mientras colocaba mi frente sobre la puerta de la suite de una manera derrotada─. Algún día vas a tener que volver a hablarme.
─Algún día, sí, pero hoy no será uno de ellos.

«Por lo menos respondió».
Bajó a dasayunar al restaurante del hotel, en el cual, para su sorpresa estaba Polly esperándolo en una mesa para dos.

─No sabía que habíamos quedado para desayunar ─digo mientras inclino mi cabeza a modo de saludo.
─No, no lo hicimos... William ─dijo con asco aquella última palabra.
─¿Vos también estás enojada? Lo que me faltaba... ─Me interrumpí al ver que el mesero se acercó para preguntarme qué quería de desayunar. Una vez que ordené proseguí─: Polly, vos más que nadie me tenés que entend...
─No me pidas que entienda ─Interrumpió Polly─, no me pidas que entienda aquello que también me hizo mi padre. No logro comprender... Cómo es que después de todo lo que atravesamos obligués a tu hija a casarse, como si de un negocio se tratase.
─Polly...
─No, William.

El pedido que le hizo al mesero acababa de llegar, pero de lo que menos tenía ganas en ese momento era de comer.

─Me podés responder por qué ambos tomaron esa decisión. Si ya eran socios, Thomas y vos, no había necesidad de ninguna alianza de índole matrimonial.

Reflexionando metódicamente la respuesta, decidió responderle como padre y no desde el punto de vista económico que fue, en gran medida, lo que lo llevó a tomar esa decisión. Se lo debía a ella, al menos, esta respuesta, se la debía por tantas otras sin responder...

─Emma acaba de cumplir la mayoría de edad, jamás tuvo un novio y ni siquiera adquirió entusiasmo en lo que a materias del hogar respecta. Al estar tan inmersa en los libros de ficción creó un modelo de hombre que es imposible de alcanzar, estoy preocupadísimo por ella. Y Thomas...
─Y Thomas. ─Me interrumpió diciendo:─ Quién iba a decir que al prosperar económicamente se empeoraba emocionalmente. No hubo mujer que esté con él sin que antes no haya disfrutado a pleno del apellido Shelby ─añadió tristemente Polly.

─Y Thomas me dijo ─proseguí haciendo caso omiso a su interrupción─ que en dos años iba a cumplir treinta y no quería dejar sin heredo el legado que con tanto esfuerzo construyó. Además ─añadí:─Mis padres se casaron debido a una alianza matrimonial, tus padres y vos también, no es algo anormal los matrimonios concertados no entiendo por qué tanto escándalo ─espeté furioso al notar su falta de comprensión.
─Hombres... ─escupió Polly peyorativamente.

Al decir eso se levantó, por lo que la imitó e intrigado preguntó:

─¿Qué querés decir con "hombres" ?
─Que tratan como negocios asuntos que le competen al corazón.

William siguió su desayuno solo haciéndole eco en su cabeza aquella última conversación con Polly. Ojeó su reloj de bolsillo y recordó que ya era hora de asistir a la reunión que había concretado con Thomas.

Una vez que William llegó a la oficina de Thomas, vio que su puerta estaba abierta por lo que decide entrar.

─William ─Me saluda Thomas acercándose para estrecharme la mano─, adelante.

─¿Le echaste un vistazo a los papeles que te mandó el abogado? ─pregunto mientras me siento en el sillón y enciendo un habano.

─Sí, solo falta que los firme ─responde a la vez que se sienta en un sillón enfrente mio─, ¿estás seguro que querés que sigamos con esto?

─Por supuesto ¿por qué no lo estaría? ─A penas dije eso me arrepentí.

«Me estoy convirtiendo en esos que solo les interesa el dinero a costas de los demás», me recriminé.

─Por Emma... ─dijo Thomas dubitativo─ Parecía no tener ni idea del asunto, no estaba para nada contenta.

-Sí, sí, lo sé. Pero es así como reaccionan las mujeres a todo.

«¿Qué me pasa?», me pregunté desesperanzado sabiendo la respuesta.

─Está bien ─añadió fríamente Thomas y firmó el documento.