Capitulo 3: Mi cura eres tu...

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-POV SABO-

Paso una semana desde que Luffy despertó, en los primeros dos días apenas se podía mover por lo débil que tenía su cuerpo después de tanto tiempo sin moverse. Los médicos se sorprendieron cuando fui avisarles que había despertado, ya que no tenían esperanzas de que volviera a despertar, así que en estos días lo estuvieron estudiando cuidadosamente para comprobar que todo estuviese con él. Por suerte en el quinto día me comentaron que todo estaba bien, pero no hacía falta que me lo dijeran ya que veía a Luffy comportarse como siempre lo hacía; Exaltado, ya que no quería estar en la camilla porque se aburría, y hambriento, ya que un año sin comer hizo que su estómago fuera un pozo sin fondo. Pensaba que estaba acostumbrado a su forma de comer pero estos días supero mis expectativas ya que parecía una aspiradora humana.

Al final de la semana Luffy estaba totalmente recuperado. Si por el fuera ya estaría corriendo por todo el hospital.

Según el medico que llevaba el caso mañana mismo le darían el alta, y gracias al cielo porque Luffy estaba desesperado por salir.

Ahora mismo me encontraba sentando en el sofá de la habitación, leyendo un libro de misterio, mientras Luffy leía un manga, de su serie favorita, que le traje para que se distrajera, cuando por décima vez en lo que iba de día me hizo aquella pregunta de nuevo,

-Nee...Sabo...¿Cuándo podre salir de aquí? Me aburro...- Pregunto Luffy con tono aburrido, mientras se removia por toda la cama inquieto.

Yo cerré el libro mientras daba un largo

suspiro. Me levante y me acerque a su lado. Lentamente revolví su sedoso cabello corto negro que tanto me gustaba, mientras respondía por décima vez a su pregunta.

-Ya te lo he dicho Luffy... Mañana podremos salir de aquí, hasta entonces ten paciencia- Luffy hizo un puchero pero no protesto más- Por cierto me puse en contacto con tu amigo Zoro, se sorprendió mucho al saber que despertaste. Me dijo que tenía ganas de verte, así que, ¿Qué te parece si maña cuando salgamos te llevo para que lo veas?- Le comente con una sonrisa con la esperanza de que le alegrara oír aquello.

Y en verdad lo alegro. Porque sus ojos brillaban con fuerza mientras su sonrisa se ampliaba con entusiasmo.

-¿¡En serio lo dices Sabo!? ¡SI QUIERO! ¡TENGO MUCHAS GANAS DE VERLO DE NUEVO! ¡MUCHAS GRACIAS SABO, TE QUIERO!- Exclamo a voz en grito con una felicidad que inundaba todo su ser.

Ante las ultima palabras de Luffy me ruborice ligeramente, aunque desvié la vista rápidamente para que no lo viera. Suspire mentalmente mientras deseaba interiormente que sus palabras fueran de otro significado.

Me quede pensativo por unos segundos, ¿Desde cuándo me empecé a enamorar de Luffy?, cuando Luffy me saco de mis pensamientos llamándome de repente:

-Sabo...-

Me llamo con un tono de voz, que implicaba que quería algo.

-¿Si, Luffy?-

-Mañana cuando estemos en casa quiero darte algo- Dijo misteriosamente sin dar más explicaciones.

Me quede con cara de confusión total. Parpadeé rápidamente varias veces.

¿Que querría darme? Porque era imposible que me hubiera comprado algo...

Vamos si solo había pasado una semana desde que se despertó. Y en ningún instante lo perdí de vista. ¿A lo mejor era algo que tenía en el departamento en el que vivimos? ¿O algo que era importante para él y me lo quería dar?.

Decidí esperar, aunque esa espera me ponía nervioso. No sabía si era mi imaginación o qué, pero intuía que mañana algo cambiaria.

Por fin después de una semana entre recuperación y pruebas Luffy podía abandonar el hospital. Y lo primero que hicimos tras salir del hospital fue visitar al mejor amigo de Luffy, tal como lo prometí. Luffy estaba ansioso y canturreaba alegremente mientras caminábamos en dirección a la casa del peli verde. Yo también sonreí. Ver alegre a mi Luffy me daba una felicidad inmensa.

Una cicatriz en mi alma (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora